El documental 'Los sin tierra' recibe una cálida acogida en Málaga
14 trabajos nacionales y latinoamericanos compiten en la Muestra de Cine Documental
La acogida que el público malagueño dio al documental Los sin tierra dejó ayer abrumados a dos de sus protagonistas, Chicao Strozake y Antonio Canuto, que acompañaron al realizador Miguel Barros en la presentación y debate posterior, donde comprobaron el interés de los espectadores por uno de los movimientos que mayor repercusión social ha tenido en el continente americano.
Sentados entre los periódicos del día, Chicao y Antonio preguntan si pueden traer la bandera del
Movimiento de los Sin Tierra de Brasil (MST). Levantan los objetos de la mesa, la colocan y se disponen a narrar sus experiencias. Este año se cumple el 20 aniversario de la fundación del MST, un movimiento que lucha por la tierra como el único camino hacia una vida digna y estable. "En Brasil, un país agrícola con grandes deficiencias sociales, la tierra no es sólo un derecho, es una necesidad de primer orden", cuentan. Pretenden retomar de forma legal tierras de un país en el que un 1% de la población -sobre todo latifundistas y multinacionales- posee casi el 50% de la tierra cultivable, según Naciones Unidas, y repartirlas de forma equitativa entre la gente que la necesita.
"No esperábamos esta bienvenida", cuenta Miguel Barros. El proyecto, financiado por El Deseo y Produce +, surgió como fruto de un viaje del director con Clara Bilbao, coguionista del documental. Durante un año entabló confianza con miembros del MST, convivió con ellos y conoció su situación "trágica e injusta". "Quiero que salga a la luz el que han conseguido cambiar muchas cosas en el país, que han llevado a cabo cambios", explica.
Antonio Canuto, uno de los fundadores de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), recuerda la importancia de las acciones del presidente de Brasil, Lula da Silva. "Fue candidato cuatro veces y nosotros le apoyamos. Cuando ganó esperábamos que avanzara, pero no hemos notado nada", explica Canuto. El objetivo principal de los sin tierra es la reforma agraria prometida por Lula y el cumplimiento del plan que iba a procurar terrenos a 400.000 familias. "El poder judicial y los terratenientes ponen muchas trabas", dice, "pero estamos dispuestos a continuar ocupando tierras para presionar al Gobierno para que haga la reforma agraria. Hay tierra para todo el mundo, para las familias y para los terratenientes". Chicao Strozake, miembro histórico del MST, le da la razón. "La derecha está exigiendo al presidente que sea más duro con los sin tierra. Esto influye en la opinión pública, que ya no nos respalda como antes", añade.
Barros señala el trato que la prensa internacional y la brasileña dan al MST: "Unos caen en el romanticismo y los tópicos habituales y los confunden con un movimiento guerrillero, cuando se trata de un grupo en el que no hay líderes, donde conviven todo tipo de credos y que lucha contra el machismo y en favor de la educación". Del segundo viaje a Brasil, el realizador trajo más de 200 horas de grabaciones que produjeron algún problema. "Por la mañana liberábamos esclavos que trabajaban tierras de hacendados, y por la noche cenábamos con terratenientes", narra con la mayor naturalidad, "tuvimos que salir de un Estado del norte porque comenzaron las amenazas".
Los sin tierra compite con 13 trabajos presentados en la Muestra de Cine Documental, una sección que este año ha recibido 160 cintas en la primera criba. Milito Torreiro, uno de los encargados de la selección, destaca la apertura a mercados fuera de los focos productores más potentes de este año -Argentina, México, Brasil y España- con la entrada de trabajos de Chile o Perú. "El jurado se ha sorprendido de la variedad de temas, desde el documental social hasta el histórico, ensayos antropológicos o falsos documentales", cuenta Torreiro.
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