El ganador del Azorín indaga en las claves de la redención del ser humano

En las cosas insignificantes está el destino y en la liberación de las ataduras la felicidad. Éstas son las dos rutas por las que transita Manuel Mira Candel en El secreto de Orcelis, la novela ganadora del Premio Azorín 2004 que entregan la Diputación de Alicante y la editorial Planeta y que ayer fue presentada en Madrid. "Es una novela en la que concibo la belleza como un elemento de redención del ser humano", afirma el escritor y periodista alicantino (1945), que ya el año pasado fue finalista del mismo premio, al igual que del último Premio Ciudad de Torrevieja. El libro es "un trasunto de biografía en el que se expresa la desesperanza del ser humano. El desamparo y el grado de infelicidad que se puede llegar a alcanzar si no se tiene la voluntad de ser lo que se quiere ser o hacer",

Pero más allá de hechos reales, recreados o inventados, El secreto de Orcelis es la historia de la búsqueda que emprende un hombre a orillas de la muerte al interesarse por el pasado de su abuelo, y de un enigma, porque ese abuelo ausente fue un hombre millonario y distinguido que un día deja todo por un gran amor y que al final termina solo, aunque en esa exploración el principal hallazgo para el nieto es el encuentro con su propia identidad. Manuel Mira Candel no había encontrado el momento de "parir esta novela" hasta que tras una hospitalización se dio cuenta de que si quería reconciliarse con la vida debía liberar esa historia. Por eso es una obra hecha de retazos emocionales y una visita a la familia, a los silencios que éstas suelen manejar, a sus zonas en penumbra "en las que suelen residir las señales de identidad de cada uno de sus miembros".