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Sanidad aprueba un plan para reducir las agresiones a médicos y sanitarios

Los facultativos podrán visitar en pareja a los pacientes que consideren peligrosos

Desde hace años, los médicos y enfermeros ven cómo su profesión se ha vuelto peligrosa: pacientes agresivos a los que les molesta esperar y la pagan, a veces con golpes, con los profesionales; familiares dispuestos a todo por acompañar a sus enfermos, personas que acuden al médico para que, sea como sea, les den la baja... La Consejería de Sanidad ha decidido actuar para evitar este tipo de agresiones e intentar así que aumente la seguridad de los profesionales sanitarios madrileños. Para ello ha elaborado un conjunto de normas que adoptarán los hospitales y otros centros sanitarios.

Los centros sanitarios conflictivos deberán contar con "guardia permanente"
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Un caso típico: el familiar de un enfermo golpea a los celadores porque éstos no le permitían entrar en la sala de urgencias a acompañar al enfermo. "Desde hace cuatro o cinco años, la inseguridad ha crecido. Como en el sector de la educación, como en los institutos", asegura una trabajadora del hospital Doce de Octubre y portavoz del sindicato de enfermeros SATSE.

Entre las medidas de seguridad que los centros sanitarios deberán adoptar de modo paulatino se cuenta la instalación de "videocámaras con grabación de espacios comunes, de acuerdo con la normativa vigente y las normas de seguridad y confidencialidad establecidas". El hospital Doce de Octubre ya se adelantó a esta medida.

Antes de las navidades anunció la instalación de 77 cámaras de circuito cerrado y una nueva sala de control. La decisión obedecía a una oleada de robos que el centro sanitario sufría, en todas sus dependencias, desde el aparcamiento a las salas de consultas, pasando por los vestuarios de los trabajadores y sus taquillas.

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El conjunto de normas aprobadas por la Comunidad de Madrid también estipula que los centros sanitarios deberán colocar "dispositivos de alarma interna de incidencias, como pudieran ser teléfonos, interfonos o sistemas fijos" .

La portavoz del sindicato SATSE aplaude esta medida, ya que considera que este tipo de dispositivos son particularmente importantes: "Que se ponga un timbre en la consulta es crucial. Porque cuando el médico o la enfermera atienden en la consulta se encierran con un paciente que, en ocasiones, puede resultar peligroso. Y que se pueda avisar desde dentro a los guardias de seguridad o a la policía es decisivo", explica.

La orden de la Comunidad señala, asimismo, que todos los "hospitales y aquellos centros sanitarios con conflictividad elevada" deberán contar con "guardia permanente". Se deberá, además, "asegurar la confidencialidad y salvaguarda de los ficheros y registros relativos a los datos personales de los trabajadores".

El conjunto de normas también se ha ocupado de los médicos que visitan a pacientes en sus casas. En este caso, según denuncian los trabajadores, la inseguridad es aún mayor. Para evitar en lo posible las agresiones, la Consejería de Sanidad ha decidido que "se establezcan acuerdos con la policía con el objeto de asegurar la asistencia inmediata a los profesionales en la atención domiciliaria".

Además, los responsables de este servicio de asistencia en domicilio deberán "evaluar" si es conveniente que el médico que se desplaza "cuente con un teléfono móvil institucional, habilitado para su uso en la atención domiciliaria" de modo que sirva para localizar al profesional si éste se encuentra en apuros o en peligro. En casos peliagudos, la normativa permite que sean dos los médicos que acudan a una visita domiciliaria.

La Consejería de Sanidad también prevé que los médicos asistan a cursos que les muestren cómo obrar en una situación conflictiva. Entre las normas que deben seguir estos profesionales si les toca encarar un caso peligroso, se cuentan las siguientes: "Intentar mantener una escucha activa y relajada, que posteriormente facilite nuestra oportunidad para hablar"; "No responder en ningún caso a las agresiones verbales, insultar, encararse, desafiar o agredir al agresor"; "Si la agresión parece posible o inminente, intentar establecer una adecuada distancia de seguridad, cerca de la puerta de salida, con ésta abierta y siempre de cara al agresor, que permita, en su caso, evitar el ataque".

La portavoz del sindicato SATSE echa en falta que la Consejería de Sanidad "se implique más en la defensa del profesional agredido". En el conjunto de normas de seguridad aprobadas por el Gobierno regional se señala que el médico o sanitario agredido "recibirá asesoramiento jurídico". Pero debe ser el profesional el que, a título privado, acuda a la policía a denunciar la violencia sufrida. "Si alguien rompe una puerta, Sanidad se encarga de denunciarlo. Pero, en cambio, no lo hace si se trata de un trabajador agredido", denuncia la portavoz del SATSE.

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