"La clonación es ciencia, pero también la bomba atómica"

Esperanza Oña, médico de 47 años, es alcaldesa de Fuengirola desde 1991 y una de las mujeres más reconocibles del PP. La vocal de Salud en el Parlamento andaluz ha tenido un papel difícil en la legislatura: atacar la investigación con embriones y apoyarla cuando el Ministerio de Sanidad la aceptó. Al final, el PP se abstuvo de la ley andaluza. Asegura que la estatal es mejor porque "garantiza el respeto al embrión".

Pregunta. ¿Tiene algún problema ético, moral o religioso en que se investigue con embriones?

Respuesta. No, pero con matices. Los países firmantes del Convenio de Oviedo de Bioética establecieron un compromiso para investigar con los embriones no viables, con los que de implantarse en el útero no generarían vida.

"El embrión tiene que estar protegido porque es un ser humano en un estadio precoz"

P. La reforma de la ley del Ministerio de Sanidad permite investigar con embriones viables.

R. Sí, pero lo hace para dar salida al stock de embriones que hay congelados y con los que no se puede hacer nada. Llena un vacío legal porque la ley no decía qué hacer con los embriones que había congelados pasados los cinco años. La ley también modifica las técnicas de reproducción asistida para que no vuelvan a sobrar embriones. Guste o no guste, la ley corrige un fallo que había. Mucha gente es favorable a la investigación con células madre sin saber exactamente qué es. Cuando le explicas que se trata de investigar con un embrión que si se implanta da lugar a un ser humano, mucha gente cambia de opinión. La ley estatal permite la investigación con los que hay congelados y con los que no se sabía qué hacer, pero respeta la vida. Las cuestiones morales hacen crecer al ser humano.

P. ¿Aunque se opongan al progreso científico?

R. La bomba atómica es ciencia y no tenemos que estar de acuerdo con ella. Nadie se opone a la investigación de la desintegración del átomo. Estamos en los inicios de un nuevo tipo de investigación. Tenemos que regular el punto de partida de ese avance para evitar aberraciones. No podemos olvidar que un embrión es un ser humano en un estadio muy precoz. ¿Por qué vamos a utilizar embriones que van a generar vida? Utilicemos los que hay ya congelados, pero no generemos más.

P. El PP se opuso durante tres años a la investigación con embriones y aprueba una ley que lo permite a tres meses de unas elecciones y después de que los diabéticos presentasen un millón y medio de firmas. ¿Es electoralista?

R. El PP ha estudiado el tema y no se ha dejado influir por las opiniones de los grupos de presión. La Junta dice que ha ido por delante del Gobierno, pero la realidad es que ha aprobado la ley un mes antes que el Parlamento. Con sólo un mes de adelanto.

P. La Junta presentó su plan en octubre de 2002 y el Gobierno su proyecto de ley en agosto de 2003.

R. El caso es que la ley estatal permite investigar con los embriones. Y el consejero de Salud lo ha reconocido. Con la ley andaluza, en suspenso, los proyectos se pueden empezar gracias a la ley estatal. No ha sido electoralismo, lo que pasa es que no ha hecho marketing como lo ha hecho el PSOE, que ha utilizado a los enfermos como arma arrojadiza.

P. El Gobierno ha puesto trabas a la fecundación in vitro para que no vuelvan a sobrar embriones aunque dificulta a las parejas infértiles tener hijos. ¿Qué opina?

R. La ley hace compatible las dos cosas: da absoluta seguridad en la ética aunque dificulte la reproducción. El embrión tiene derecho a que alguien se preocupe de él. Hay que hacer compatible el derecho del embrión con el de las parejas a tener un niño.

P. El Tribunal Constitucional ha dicho que un embrión no es un ser humano.

R. Científicamente un embrión es un ser humano en un estadio precoz. El embrión tiene que estar jurídicamente protegido. Un Gobierno avanzado tiene que intentar que no sobren embriones. La otra posibilidad es una trampa: "Para tener embriones con los que investigar, fecundamos más óvulos de los que vamos a necesitar". Con la reforma, disminuye la eficacia de la reproducción asistida, pero mejora el cumplimiento del Convenio de Oviedo.

P. ¿Se están creando demasiadas esperanzas para los enfermos?

R. Sí. Y hay que tener mucha maldad y ser muy macabro para decirla a un diabético que se va a curar en tres días, porque no es así. Todos los científicos han alertado sobre lo mismo.

P. ¿Cree que es bueno que haya un banco de células madre en Granada o que basta con uno centralizado para toda España?

R. Es magnífico que Andalucía tenga un centro pionero de investigación, pero me parece lógico que se coordine bajo una ley nacional. Puestos a elegir prefiero que esté en Andalucía, pero Teruel también es mi tierra. No nos convirtamos todos en abertzales. Prefiero que esté en Andalucía pero me parece muy razonable que se coordine desde el Gobierno.

P. ¿Es partidaria de la clonación terapéutica?

R. No. En este instante, no. Si se avanza en la clonación y se demuestra que puede servir, igual sí llego a estar a favor. No soy tan fanática.

P. Pero que la investigación no se haga en España.

R. En otro sitio, sí.

P. ¿Qué pensó cuando leyó que los científicos coreanos habían conseguido crear células madre a partir de clones humanos?

R. Lo primero que me planteé es hasta dónde va allegar la ciencia. La clonación es ciencia pero también la bomba atómica. La ciencia, si no va acompañada de la ética, puede ser una aberración

P. ¿Es católica?

R. Estoy bautizada. Creo en Dios, pero lo demás, como para todos, es confuso.