Telefónica protesta ante Rabat por permitir un anuncio "insultante"
La filial de la operadora replica con páginas de publicidad en la prensa
"¡Echen de aquí a este tipejo! ¡Lárgate a tu casa!". El Hércules que profiere estos gritos representa a Jawal, la tarjeta de prepago de la compañía marroquí Maroc Télécom, y en el adversario aplastado es fácil reconocer a su único competidor, Méditel, del grupo Telefónica. Méditel considera este anuncio televisivo insultante. Pidió, en vano, su retirada al Gobierno de Rabat y ahora contraataca con páginas de publicidad en las que le lanza una andanada.
La voz aflautada y los alaridos reclamando a su madre que emite el personaje derrotado que encarna a Méditel en la publicidad han parecido "tremendamente ofensivos" a los 700 empleados de la filial de Telefónica y Portugal Telecom, según fuentes de la empresa.
"Es un desprecio a nuestra labor y a nuestros clientes además de una publicidad engañosa porque compara ofertas promocionales de Maroc Télécom con tarifas estándar de Méditel", se insiste en el rascacielos de Casablanca donde tiene su sede.
El asunto es, para Méditel, grave porque Maroc Télécom es una empresa pública, en la que la francesa Vivendi tiene una participación minoritaria del 35%, y que está bajo la tutela de un Consejo de Vigilancia en el que la representación del Gobierno es mayoritaria. Tres ministros, los de Finanzas, Economía e Industria y Telecomunicaciones, supervisan, a su vez, a ese consejo.
La emisión de anuncios por las cadenas públicas de la televisión marroquí requiere, además, el visto bueno de una Comisión Consultiva de la Censura que encabeza Nabil Benabdallah, ministro de Comunicación y Portavoz del Ejecutivo.
Fue a Benabdallah a quien Ramón Enciso, director general de Méditel, se dirigió primero para pedir que se suspendiese la difusión del spot publicitario. No lo logró. A continuación Enciso, de 58 años, llamó a la puerta de los titulares de Finanzas y Privatizaciones, Fatallah Oualalu, Economía, Abderrazak el Mossadeq, y Telecomunicaciones, Rachid Talbi el Alami. Tampoco tuvo éxito.
Pequeño terremoto
Cuando le faltan tres semanas para jubilarse, Enciso decidió hacer algo inhabitual en el mundo de los negocios en Marruecos: protestar públicamente. Su iniciativa está causando un terremoto en los círculos empresariales que desde ayer pueden leer en los diarios una página entera con un largo comunicado en el que tacha de "indiga" que la actitud de su rival y recuerda al Gobierno que Maroc Télécom está "bajo su tutela".
Lamenta Méditel, a continuación, que el ministro de Comunicación haya dado su "bendición" a ese anuncio que representa a Méditel y sus 2,2 millones de usuarios "como individuos débiles y vencidos que reciben órdenes amenazantes que les aterran".
Su imagen, denuncia Méditel, "es denigrada de manera vulgar e inaceptable". Esta actuación "contradice las prácticas comerciales honestas". "Demuestra una vez más" lo difícil que le resulta a Maroc Télécom "operar en un mercado abierto a la competencia".
El anuncio raya la xenofobia, opinan periodistas de publicaciones independientes marroquíes. Enlaza con una alocución, pronunciada en diciembre por el ministro de Economía ante la Asociación de Fabricantes de Material de Oficina, en la que sostuvo que Marruecos no necesitaba la competencia extranjera porque le basta con la nacional.
El comunicado pone de relieve, según fuentes del sector de las telecomunicaciones, el hartazgo del primer inversor español en Marruecos ante los problemas que encuentra para competir con unas elevadas tarifas de interconexión, la negativa de las empresas públicas a ser clientes suyos o el aplazamiento de la liberación de la telefonía fija. Pese a todo, Méditel ostenta un 43% de cuota del mercado de los móviles y prevé tener beneficios en el 2005.
La difusión del anuncio "denigrante" coincide con la apertura, por Méditel, de un nuevo frente con la instalación de cabinas telefónicas con tecnología GSM que competirán con las de Maroc Télécom provistas de enlace fijo.
El Ministerio de Comunicación indicó que, por ahora, Benabdallah no reaccionará a la iniciativa de Méditel ni tampoco lo harán los demás ministros concernidos.
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