Tres mulas en el congreso

Tres mulas confinadas en un corral improvisado sorprendieron el domingo por la tarde a los asistentes a la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que se celebra en Seattle (EE UU). No eran animales cualesquiera, sino mulas clónicas. La mayor, Idaho Gem, nació el 4 de mayo de 2003 y fue el primer equino clónico del mundo; después llegaron Utah Pioneer, el 9 de junio, e Idaho Star, el 27 de julio. Cada una procede de una madre de alquiler diferente, pero genéticamente son hermanas porque se clonaron a partir de la misma línea celular de piel fetal de mula.

Ante la indiferencia de los animales, Gordon L. Woods, profesor de la Universidad de Idaho y responsable del experimento, explicó que las tres mulas están en perfecto estado de salud, son vigorosas, se desarrollan bien y no se han observado síntomas de envejecimiento como sucedió con la oveja Dolly.

El interés de la investigación que ha producido las tres mulas clónicas, financiada en gran parte por un empresario entusiasta de las mulas de carreras, no sólo reside en lograr un equino por esta técnica sino también en estudiar el papel del calcio en la señalización de las células y posiblemente en el desarrollo de enfermedades humanas relacionadas con este efecto. Woods explicó que se interesó por el calcio al estudiar por qué los equinos parecen más resistentes a algunas formas de cáncer y lo relacionó con el desarrollo embrionario, hipótesis que quería comprobar.

La concentración de calcio en los glóbulos rojos de los equinos es diferente de la de los humanos. Hay 2,3 veces menos calcio en las células, pero 1,5 veces más fuera de ellas. Woods descubrió que al aumentar la concentración de calcio en los fluidos en que se desarrollan los embriones clónicos aumentó el calcio en las células y multiplicó por siete la tasa de embarazo lograda hasta entonces.