Catequesis
A ver si dándole el tono de un relato popular entendemos el problema en toda su magnitud: érase un párroco que jugaba a las muñecas con las niñas a las que las propias familias le habían entregado para que las proveyera de principios religiosos. Tras administrarles una ración de catequesis con la que las paralizaba psicológicamente, las sentaba en sus rodillas e introducía sus dedos consagrados por entre los encajes de sus braguitas hasta alcanzar la abertura vaginal, donde se demoraba proporcionándose un placer tanto más grande cuanto mayor era el pánico de la niña catequizada o convertida en cosa. Tales son los hechos probados por los que el párroco catequista, o cosificador de criaturas, ha sido condenado en firme por la Audiencia de Córdoba a 11 años de prisión.
Conocida la sentencia por las autoridades eclesiásticas, el obispo de Córdoba, en cuya diócesis sucedieron las atrocidades relatadas, manifestó su apoyo moral al condenado y lo confirmó en su puesto. Al día siguiente, sorprendido por la alarma generada por este gesto de complicidad con el cura perverso, decidió destituirlo, aunque sin excomulgarlo ni retractarse del apoyo moral que le había prestado anteriormente. El obispo y el cura pertenecen a una confesión religiosa que recibe ayudas del Estado y que ha obtenido del Gobierno el favor de que sus creencias se impartan de forma obligatoria en las escuelas. Los profesores de tal asignatura trabajan en un régimen laboral situado al margen de la Constitución.
A las 48 horas de que el escándalo saltara a las páginas de los periódicos, el Gobierno no ha llamado a consultas a su embajador en el Vaticano ni ha instado a la Fiscalía para que estudie si en la actitud del obispo de Córdoba hubiera un delito de apología de la violencia de género. Claro que el Gobierno, al mes de que Fraga se solidarizara con un alcalde gallego, aficionado también a jugar a las muñecas con niñas de verdad, no lo ha expulsado de su partido. El Gobierno ha disminuido, en cambio, hasta la asfixia la subvención que venía concediendo al único centro de recuperación y reinserción de mujeres maltratadas en el que se aborda el problema de la violencia de género de un modo integral. Colorín, colorado...
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