Un 'chip' valenciano revoluciona la citricultura
La investigación genética se aplica ya en la citricultura valenciana a unos niveles que la sitúan en los primeros puestos mundiales. El Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de la Universidad Politécnica de Valencia y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han ideado el primer chip de ADN de cítricos. Se trata de una nanotecnología basada en superficies de vidrio de pocos centímetros que contiene miles de depósitos microscópicos correspondientes al ADN de genes diferentes. El presentado en Valencia incluye hasta ocho mil depósitos de genes, es decir, la tercera parte de la secuencia de estos árboles frutales. Y el proyecto es de envergadura, según se puso de manifiesto en la Convención Internacional de Genómica celebrada la semana pasada en San Diego (California). Tres miembros del equipo valenciano expusieron los avances en lo que supuso más que una grata sorpresa: "En la convención han dicho que en Valencia vamos un año por delante de las investigaciones en cítricos que están desarrollando Estados Unidos, Japón, y Brasil, los principales productores", apunta Ramón Serrano, el coordinador científico del proyecto de genómica funcional de cítricos. El equipo reúne a cerca de 60 personas que han trabajo durante dos años.
El catedrático, que dirige el departamento de estrés del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de la universidad, no imaginaba hasta la reciente convención, que hubieran llegado tan lejos en sus investigaciones. A través de este chip se podrán estudiar los genes de naranjos,mandarinos y limoneros y aprovechar los conocimientos para mejorar la producción y almacenamiento de la fruta. Durante los próximos meses se estudiarán los genes fundamentales de los árboles que responden a condiciones ambientales adversas: sequía, salinidad, infecciones etc. Además se abre el camino para completar la secuencia completa de genes en proyectos transnacionales.
Estimular la floración
"Podremos determinar los genes que estimulan la floración, el desarrollo y la conservación de los frutos, los determinantes de la calidad de la fruta", señala Serrano. Y todo apunta a que estas mejoras de la biotecnología agraria e ingeniería genética revolucionarán el mercado.
El desarrollo del chip ha contado con la colaboración del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC. El proyecto está financiado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación y por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
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