Puleva paraliza la venta de su planta en Jerez tras la protesta laboral

Aunque parecía todo hecho, Puleva ha decidido paralizar momentáneamente la venta de su centro de Jerez, que iba a ser adquirido por la firma antequerana La Vega. La reacción de la plantilla, totalmente contraria al cambio de manos de las instalaciones, da lugar al giro dado a la situación por Ebro Puleva, multinacional propietaria de la firma láctea. Los casi 100 trabajadores de la compañía, que ponen en tela de juicio la capacidad de La Vega para sacar rentabilidad a la planta de Jerez, han logrado el apoyo de las organizaciones agrarias y del Ayuntamiento de Jerez, que ha propiciado un encuentro a tres bandas entre el Consistorio, Ebro Puleva y la Junta para el próximo 20 de enero.

La alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, fue la encargada ayer de anunciar el aplazamiento de la venta de los activos de Puleva en la ciudad. La regidora se reunió durante el fin de semana en Córdoba con responsables de Ebro Puleva, a los que arrancó el compromiso de aparcar la operación, a la espera de una reunión con la Junta en la que se hablará de un posible plan de viabilidad para las instalaciones.

Los empleados, por su parte, reaccionaron con una mezcla de satisfacción y desconfianza al aplazamiento de la venta. "Es un balón de oxígeno para poder llevar a buen fin nuestra propuesta de que el centro de Jerez se quede en manos de Ebrio Puleva", dijo el portavoz del comité de empresa, Miguel Álvarez. Desde que hace unos días el Ayuntamiento desvelara la operación de compra-venta entre Puleva y La Vega, no ha habido descanso en las gestiones por parte de la plantilla, que se ha encargado de recordar que La Vega ha atravesado por serios problemas económicos.