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La nave europea 'Mars Express' se inserta en la órbita de Marte

Falta de comunicación con la sonda 'Beagle 2', que descendió a la superficie del planeta

Tras un viaje interplanetario de seis meses, en los que ha recorrido 400 millones de kilómetros, la nave europea Mars Express llegó ayer a Marte y se colocó en órbita allí, culminando las críticas maniobras finales para dejarse atrapar con precisión por la gravedad marciana. La satisfacción de la Agencia Europea del Espacio (ESA) ante el éxito del principio de su primera misión de exploración de otro planeta fue enorme en el centro de control de la agencia en Darmstadt (Alemania). Apenas resultó empañada por la ausencia de la primera señal del módulo de descenso de la misión, el Beagle 2.

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El acontecimiento, muy apropiadamente bautizado Navidades en Marte, fue seguido en el centro de control minuto a minuto por unas 250 personas. El Beagle 2 debió caer en el suelo marciano casi a la misma hora en que se ponía en órbita la nave en la que ha realizado el viaje, pero no dio señales de vida en el primer intento de comunicación. La búsqueda de este artefacto, tras su muy arriesgado descenso hasta el planeta rojo, continúa.

"Hoy es un día estupendo para la ESA y para Europa, que está por primera vez en otro planeta", dijo el director general de la agencia Jean Jacques Dordain. "Mars Express es una obra maestra, una muestra de la capacidad y saber hacer de Europa", añadió, y puntualizó que se trata de la contribución europea al esfuerzo mundial de exploracion de Marte. Respecto al Beagle 2, el módulo de descenso, Dordain comentó que aunque es la parte más espectacular de la misión sólo es uno de los ocho experimentos de ésta. David Southwood, director científico de la ESA, dijo que la misión "es ciencia y más, porque es algo culturalmente significativo", ya que el objetivo también es "recordarnos que este planeta, el nuestro, la Tierra, es el más habitable y no podemos estropearlo".

La emocionante jornada de ayer en el centro de control ESOC de Darmstadt comenzó a la una de madrugada, pocas horas después de que se hubieran enviado a Mars Express las órdenes para que se orientara correctamente, encendiera su motor en el momento preciso para que perdiera velocidad y la atrapase la gravedad marciana. El encendido, automático, se produjo a las 3.42 y duró 34 minutos en los que consumió 250 kilogramos de combustible. La nave estaba en ese momento a 157 millones de kilómetros de la Tierra y su señal, a la velocidad de la luz, tardaba ocho minutos y 44 segundos en llegar a la Tierra, informó Michael McKay, director de vuelo.

Pero toda la maniobra crítica (si no se hubiese encendido el motor la nave habría pasado de largo de Marte y se habría perdido), se produjo detrás del planeta rojo visto desde la Tierra, y no había forma de saber exactamente que estaba pasando allí. En el debido instante, la NASA informó a la ESA de que su red de grandes antenas de espacio profundo había captado la señal de Mars Express saliendo por detrás de Marte. Era la primera confirmación de que todo había ido bien.

Europa había superado lo que muchos llaman la maldición de Marte, por lo difícil que es llegar allí con un robot y hacer que funcione para explorar el planeta. Sólo habían tenido éxito hasta ahora 13 de las 30 misiones enviadas desde que en 1962 la Unión Soviética inició la aventura, recordó Walter Flury, de ESOC. La ministra alemana de ciencia y tecnología, Edelgard Bulmanh, que no se perdió ni un acontecimiento de la jornada, se mostró entusiasmada.

Mars Express es una pequeña nave (1.200 kilos de masa) con una notable carga de siete instrumentos científicos. Esta previsto que funcione al menos durante un año marciano (687 días) en una órbita de trabajo, polar y elíptica, que se acercará hasta 259 kilómetros de la superficie de Marte y se alejará 11.560 kilómetros. Ayer quedó situada en una órbita de captura más elíptica todavía, que se irá ajustando en los próximos días.

Antes de recibir la primera señal que confirmaba el éxito de Mars Express, hacia las 9.30, le tocó a Southwood, sobre las ocho de la mañana, comunicar que no se había recibido la primera señal del Beagle, que podía haber captado la nave Mars Odyssey de la NASA, en órbita allí desde 2001. Beagle se separó el pasado día 19 de Mars Express y tomo una trayectoria de colisión con el suelo. Debió llegar ayer, pero el artefacto (30 kilogramos de masa una vez desprendidos el escudo protector, el paracaídas y los airbag para amortiguar el golpe en el suelo), guardó silencio. Al no disponer de equipos de comunicación durante la arriesgadísima maniobra de descenso, regida por un importante factor de azar, no había forma de seguir su rumbo y vicisitudes.

Sin embargo, nadie quiso dar por perdido ayer el módulo y entró en acción el plan de búsqueda de la señal con Mars Odyssey y con radiotelescopios en la Tierra, que se cumplirá diariamente y se prolongará hasta los primeros días de enero. Si el 7 de enero no se ha encontrado el Beagle se dará por perdido porque si hubiera sobrevivido al descenso se habrían agotado sus baterías.

Los especialistas de control de la sonda europea <i>Mars Express</i> muestran su alegría tras saber que la nave se insertó correctamente en la órbita de Marte.
Los especialistas de control de la sonda europea Mars Express muestran su alegría tras saber que la nave se insertó correctamente en la órbita de Marte.REUTERS
Ilustración del descenso de Beagle 2.
Ilustración del descenso de Beagle 2.ESA

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