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El proyecto de administrar dosis personalizadas de antibióticos en Galicia logra reducir un 35% el gasto

El ensayo de dispensar dosis individualizadas de antibióticos (que el médico recete y el farmacéutico prescriba exactamente el número de pastillas o sobres que el paciente tiene que tomar, en vez de cajas completas) ha permitido que Galicia ahorre un 35% en su factura en este grupo de medicamentos en seis meses, según los datos presentados por el consejero de Sanidad, Xosé María Hernández Cochón, la pasada semana. Los datos de los seis meses que van de mayo a octubre han sido tan buenos que el programa se va a prorrogar otro medio año, anunció el consejero.

Galicia ha sido la comunidad en la que el plan de dispensación individualizada de antibióticos (las llamadas unidosis) se ha ensayado con más amplitud. En total han participado unos 370 médicos de 49 unidades de atención primaria, que atienden a un total de más de 400.000 personas (el 16% de la población gallega). El estudio ha contado con la colaboración de 167 oficinas de farmacia. La participación de médicos, boticarios y pacientes era voluntaria.

En las otras comunidades que participan en el plan (Madrid, Extremadura y País Vasco) la prueba se ha hecho a mucha menor escala (en el País Vasco, por ejemplo, ha participado sólo una farmacia de Oñate), y las autoridades sanitarias no han hecho todavía balance de los resultados.

Durante el periodo del estudio piloto se dispensaron 367.000 cajas de alguno de los antibióticos del ensayo (amoxicilina, ciprofloxacino, claritromicina, cefuroxima y la combinación amoxicilina-clavulánico). Se evitó la venta de 74.800 unidades, con lo que el ahorro en envases fue del 16%.

El estudio también recoge que sólo en el 49% de los casos el número de pastillas, cápsulas o sobres recetados por el médico coincidían con el contenido de las cajas que se venden en las farmacias. Esta diferencia era mayor en la cefuroxima (sólo en el 24% de los casos coincidía cantidad prescrita y cantidad de los envases sin modificar) y menor en el ciproflaxino (58% de ajuste). En los demás rondaba el 50%.

En el resto, el boticario tuvo que ajustar el número de unidades añadiendo o quitando. Según la Xunta, el porcentaje en que se corresponden el contenido de las cajas y la prescripción es todavía menor, porque en algunos casos los médicos adaptan la receta a las presentaciones disponibles, para ayudar a los pacientes a cumplir el tratamiento y evitar que les sobren dosis de antibióticos que van a parar a los laboratorios caseros.

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