Vizcaya planteará a los alcaldes impulsar o abandonar el plan de la Margen Izquierda

La Diputación de Vizcaya contactará próximamente con los alcaldes de la Margen Izquierda para decidir si impulsa o no la segunda fase del plan de revitalización de esta comarca, que se encuentra bloqueado desde hace casi tres años. Este programa fue promovido por los partidos políticos, pero la Diputación no tiene claro ahora su desarrollo, pese a que el anterior equipo de gobierno del PNV, presidido por Josu Bergara, intentó su puesta en marcha antes de las elecciones municipales de mayo. La primera fase del plan, que se desarrolló entre 1997 y 2000, captó cerca de 270 millones de euros de inversiones, con los que se generaron 2.300 empleos.

El desarrollo de la segunda fase de este plan, que nació para hacer frente a la crisis industrial de la Margen Izquierda, la zona más afectada en Euskadi por la reconversión de la década de los 80, se firmó en enero de 2001. El acuerdo reunió en la misma foto a responsables del PNV, PSE, PP y EA en un momento de gran incomunicación entre las formaciones políticas, debido a la quiebra producida con el Pacto de Lizarra, y a pocos meses de las últimas elecciones autonómicas. Además de a estos partidos el plan comprometía a todas las instituciones implicadas: los gobiernos central y vasco, la Diputación de Vizcaya y los 11 ayuntamientos de la Margen Izquierda y Zona Minera.

El programa de revitalización está prácticamente paralizado desde 2001

Pero los comicios autonómicos de mayo de 2001 retrasaron la puesta en marcha del programa y la comisión de seguimiento no se reunió hasta finales de ese año. Entonces se constituyeron las cuatro comisiones creadas: industria, infraestructuras del transporte y comunicación, empleo y bienestar social y medio ambiente y vivienda.

Sin embargo, los grupos de trabajo apenas realizaron su cometido a lo largo de 2002. Sólo se conoció un borrador del área industrial, que planteaba la creación de casi 3.100 puestos de trabajos con proyectos de inversión valorados en más de 200 millones de euros. La Diputación de Vizcaya es la institución que, con el Gobierno vasco, debe dinamizar el plan. El anterior diputado general, Josu Bergara, se comprometió en septiembre de 2002, en el pleno de política general del territorio, a desbloquear el "actual impasse", achacándolo a la confrontación política que se vívía.

El nuevo equipo de gobierno de la Diputación, dirigido por José Luis Bilbao, no ha decidido aún qué hará con el plan, que, según el acuerdo suscrito en 2001, podría suponer una inversión global de 1.000 millones de euros. Fuentes forales señalaron que se pretende comentar el asunto con los alcaldes de la Margen Izquierda y, según la disposición que se encuentre, seguir o no con el plan de revitalización. La primera fase del plan se desarrolló entre 1997 y 2000 y, si se continúa con la segunda, ésta se desarrollaría entre 2004 y 2007. La primera fase logró captar la quinta parte de la inversión prevista y se generó la mitad de los empleos barajados.

Pero los autoridades se vanagloriaron de avanzar en uno de los grandes objetivos del programa: la equiparación del paro de la Margen a la media de Euskadi. Según el Censo de Trabajo del Gobierno, referido a 2001, esta comarca, con un índice del 9,3%, es la segunda con más nivel de paro de toda la comunidad autónoma. Pero en 1999 el desempleo se elevaba al 18,6%.

Josu Montalbán, portavoz adjunto del PSE en las Juntas Generales vizcaínas, considera "necesario" el impulso del plan y censura la "desidia de estos años. Al margen de lo que digan los alcaldes, es la Diputación quien tiene que echarlo hacia adelante". Montalbán opinó que, si se confirma el impulso del programa, puede haber un "toque electoralista, después de que el PNV haya conseguido tres alcaldías nuevas en la Margen Izquierda".

Los detractores del plan de revitalización censuran que se limita a recoger iniciativas que ya estaban previstas.