Un ensayo descubre la acción diplomática de Ramón Estalella

El historiador Antonio Manuel Moral Roncal, profesor asociado de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá de Henares, presentó ayer, en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, su libro Cuba ante la guerra civil española: la acción diplomática de Ramón Estalella (Bibliotena Nueva), una investigación sobre el asilo diplomático durante la Guerra Civil, centrada en la labor de Ramón Estalella (Madrid, 1893-1986) al frente de la Embajada de Cuba en Madrid.

En el acto intervinieron el arquitecto Ramón Estalella, hijo del diplomático y vicepresidente de la Fundación Ramón Estalella; el historiador Juan Pablo Fusi, director de la colección Historia de Biblioteca Nueva, y el editor Antonio Roche. Para Fusi, es un "libro necesario, que hace justicia a Estalella y a los que supieron defender la vida y la dignidad humanas". Antonio Moral, autor de El asilo diplomático en la guerra civil española (Actas), ha investigado por primera vez en el archivo de Ramón Estalella, que se conserva en la fundación que lleva su nombre desde 1989, dedicado a la memoria del pintor y diplomático. Se conservan las actas de las reuniones del Cuerpo Diplomático, los diarios y dibujos de las personas que estuvieron refugiadas durante la guerra y en la posguerra, "una documentación rica e importante", según Josefina Halffter, presidenta de la fundación.

"Ramón Estalella era un hombre muy humilde, que no quería brillar por lo que consideraba una dedicación profesional y humana, que ayudó a mucha gente de derechas y republicanos, e incluso llevó a Portugal en el maletero de su coche a condenados a muerte", declaró Antonio Moral antes del acto. El historiador calcula que durante la guerra estuvieron asilados en la Embajada cubana unas 700 personas y durante la posguerra un centenar. El ensayo entra en la biografía de Ramón Estalella como pintor (la portada es un cuadro suyo) y como intelectual de la generación del 27, relacionado con Dalí, Gutiérrez Solana, Ramón, Neville, Prieto, Giral..., pero el trabajo se centra en el "Schindler cubano" -ya que tuvo la nacionalidad cubana durante su carrera diplomática, hasta su expulsión, en dos ocasiones, una por Batista y años más tarde por Castro-, con capítulos sobre el asilo diplomático, la posguerra y la vida cotidiana de los refugiados.

"A mi padre le correspondió ser el ejecutor de una generosa política de Cuba, la vieja colonia emancipada, hacia la madre patria", dijo ayer Ramón Estalella. "Jamás quiso que se hiciera pública su labor, y al no haber testimonios escritos, todo lo que realizó fue borrado por el olvido".