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España duplica su oferta para lograr la sede del reactor de fusión ITER

En su competencia con Francia, el Gobierno ofrece 920 millones, el 20% del programa

Miguel Ángel Noceda

El Gobierno español redobló ayer sus esfuerzos para quedarse con la sede del reactor experimental de fusión ITER, por la que pugna con Francia. En sendas cartas enviadas por el presidente, José María Aznar, y por el ministro de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, a sus homólogos comunitarios y al presidente de la Comisión, el Ejecutivo español se compromete a duplicar su oferta inicial hasta el 20%, lo que significa unos 920 millones de euros durante los 10 años de construcción. Esta apuesta complica aún más la decisión europea, que está prevista para la semana próxima.

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España echa el resto para quedarse con un proyecto que considera fundamental para la economía del país y que, a medida que han pasado las semanas, se decantaba más hacia Francia, su competidor europeo. El titular de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, no quiere perder la oportunidad de lograr que el ITER, el mayor proyecto internacional de investigación después de la estación espacial, se instale en territorio español, entre otras cosas porque estima que los 920 millones de euros que promete pueden revertir en inversiones por la misma cantidad y en empleo. La designación de Vandellòs (Tarragona) supondría la llegada de más de 1.000 investigadores y la creación de unos 100.000 empleos en 30 años, según las previsiones.

Para la construcción del reactor de fusión ITER, que costará unos 4.600 millones de euros, tanto España como Francia se habían comprometido a aportar el 10%, que era completado con otro 10% de fondos comunitarios por traer la sede a la UE. El 80% restante se repartía entre todos los socios del proyecto: otro 20% lo pone la UE, y el resto lo asumen Estados Unidos, Canadá, Japón, Rusia, China y Corea del Sur.

La decisión

El Consejo de Competitividad de la UE tiene previsto decidir entre Francia y España en su reunión del 26 y 27 de noviembre. Posteriormente, el consorcio internacional deberá elegir el 16 diciembre en Washington entre la sede propuesta por Europa y las propuestas por Japón y Canadá.

Ahora, con la decisión de duplicar de 460 a 920 millones de euros la inversión (es decir, pasar del 10% al 20% del proyecto de construcción), España asume la parte que correspondería a la UE por albergar la sede. No obstante, cabe la posibilidad de que el gobierno comunitario decida mantener su 10% complementario. Así, la UE pondría como mínimo el 40% (el 20% como sede y el 20% como socio) y un máximo del 50% (el 30% como sede si se decidiera así y el 20% como socio) convirtiéndose en el principal inversor.

En las cartas que Aznar y Costa han enviado a sus colegas de la UE reiteran el compromiso con el proyecto al más alto nivel y subrayan que contribuyen a despejar la dudas sobre la financiación internacional. Pero, además, ha habido contactos telefónicos en busca de apoyos, cuya consecución se antoja bastante complicada. Fuentes consultadas del Gobierno español resaltan que es muy difícil que ningún país se quiera significar dando su respaldo a uno u otro país. En ese sentido, piden que se tome una decisión que tenga compensaciones con el país derrotado, en forma, por ejemplo, de contratos.

Esas fuentes también admiten que Francia parte con una ventaja, ya que es un país en el que nunca ha habido moratoria nuclear y en el que se ha desarrollado una comunidad científica en materia nuclear. Otra cuestión que no se puede obviar es el eventual rechazo de algunas fuerzas políticas a un proyecto que hasta ahora había logrado el consenso casi total de las fuerzas parlamentarias. Ayer, el PSOE se mostró sorprendido y disgustado por no haber sido consultado por el Gobierno antes de hacer una oferta económica no contemplada en el acuerdo de las fuerzas parlamentarias, en el que se aceptó que la financiación del ITER no afectara a los fondos para investigación. Si su propuesta sale adelante, señala el PSOE, el Gobierno tiene que explicar de dónde van a salir esos fondos suplementarios.

José María Aznar, Jordi Pujol y Juan Costa (derecha), en la posible sede del ITER, en septiembre.
José María Aznar, Jordi Pujol y Juan Costa (derecha), en la posible sede del ITER, en septiembre.JOSEP LLUÍS SELLART

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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