La cultura portuguesa despliega en Madrid la variedad de sus propuestas
Nuevos y viejos nombres coinciden en una Mostra que ofrece cine, música y literatura
La delgada línea que separa España de Portugal es cada vez más invisible, y de un lado a otro de la frontera viajan con frecuencia los nuevos y los viejos valores de la cultura de dos países que parecían condenados, paradójicamente, a ignorarse. Pero ésa es ya una vieja historia. Lo confirma la Mostra Portuguesa, una iniciativa que muestra en Madrid durante cuatro días, desde mañana hasta el domingo, los trabajos de músicos, escritores y realizadores que dan cuenta de la variedad de propuestas del país vecino, que rompe así su aislamiento para conquistar nuevos públicos.
La literatura de José Saramago o António Lobo Antunes, el cine de Manoel de Oliveira y los fados de Misia o Dulce Pontes llevan ya tiempo siendo familiares para quienes han tratado con las cosas que se hacen en Portugal. Lo que está ocurriendo ahora, sin embargo, es que, más allá de los nombres de referencia, las puertas se abren también para iniciativas menos conocidas de la cultura del país vecino y para nombres de peso que aún no habían sido descubiertos desde el lado de aquí.
En esas coordenadas se inscribe la Mostra Portuguesa que, desde mañana día 20 y hasta el domingo 23, ofrece distintas propuestas musicales, literarias y cinematográficas y que mezcla valores emergentes con nombres ya consolidados para convertirse en un observatorio privilegiado del laberinto de referencias de la cultura portuguesa actual.
Los fados cosmopolitas de Cristina Branco van a convivir en los próximos días con la densa obra poética de Manuel Alegre, y la enérgica escritura del joven José Luís Peixoto se dará la mano con la aventura musical de Manoel d'Oliveira, que ofrecerá un concierto con dos referentes instrumentales del flamenco-jazz más reciente, el bajista Carles Benavent y Jorge Pardo, al saxo y las flautas.
Del fado a la 'modinha
'Los conciertos, la mesa redonda que reunirá a escritores portugueses y españoles y la exhibición de cuatro películas recientes, inspiradas en obras literarias y algunas sin estrenar en nuestro país, tendrán lugar en el Centro Cultural Conde Duque, del Ayuntamiento de Madrid. La Mostra Portuguesa ha sido organizada por la Embajada de Portugal, la Concejalía de las Artes de la Comunidad de Madrid y el Instituto Camoes. Ayer, el agregado cultural de la Embajada portuguesa, João de Melo, y la coordinadora de la iniciativa, Concha Hernández, presentaron el evento.
La parte musical es la que pretende congregar más público a través de tres conciertos muy diferentes. Cristina Branco será la primera en cantar, mañana a las ocho de la tarde (9 euros la entrada). Acompañada de una guitarra, una viola y una viola bajo, la delicada voz de esta mujer rompe con los moldes más cerrados del fado para abrirlo a sonidos más cosmopolitas. Curtida en el blues, el jazz y la bossa nova brasileña, Cristina Branco llena sus temas de la nostalgia propia de la música portuguesa y se sirve de letras muy diferentes para recrear ambientes cargados de dulzura. En su último disco, Sensus, ha interpretado versos de Shakespeare, de Os Lusíadas, de De Camoes y de poetas como Eugenio de Andrade, entre otros.
El sábado 22 es el turno del cuarteto del guitarrista Manoel d'Oliveira (también 9 euros), un músico que ha sabido combinar su virtuosismo con la voluntad de frecuentar nuevos territorios. Con influencias que proceden del jazz y de la música de cámara, pero también de la música popular de su país e incluso de referencias iberoamericanas, interpretará piezas de sus trabajos recientes (Ibéria es su último disco), proponiendo un arriesgado mestizaje al incorporar los sonidos mestizos del bajista Carles Benavent y las flautas y los saxos de Jorge Pardo, habituales en las grabaciones de los artistas flamencos más recientes.
El Trío Circa 1800, que lidera Pedro Caldeira Cabral, cierra la serie de conciertos el domingo 23 a las siete de la tarde y con entrada gratuita hasta completar el aforo. La propuesta, Una serenata lisboeta no século XVIII, muestra los derroteros de la agrupación de este multiinstrumentista (que toca con instrumentos originales de los siglos XVIII y XIX) que completan la soprano María Repas Gonçalves y el contrabajista Duncan Fox-Espineta. El repertorio está fundamentalmente construido en torno a la modinha, una de las formas más populares de la canción romántica que se cultivó en el país vecino durante el Siglo de las Luces.
La música, sin embargo, sólo es lo más llamativo de esta Mostra, en la que también habrá sitio para el cine y para ese inmenso continente de palabras, el literario, donde los portugueses han destacado siempre por su original manera de interpretar el legado de la tradición moderna.
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