La incorporación del ordenador en el aula exige un cambio pedagógico
Un estudio señala que es necesario modificar el sistema de evaluación
Nadie duda a estas alturas de la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías en la escuela. Lo que ahora se debate es hasta qué punto estas herramientas interferirán en los planteamientos pedagógicos actuales, en la enseñanza de los profesores y en el desarrollo y en el aprendizaje de los alumnos. La valoración que hacen los expertos del uso de las tecnologías en la educación ha evolucionado a lo largo de estos años. De pensar que su uso era una garantía de mejores resultados en los alumnos se ha pasado a una visión más prudente: las tecnologías de la información tienen un gran potencial para favorecer el progreso de los alumnos y de los profesores, pero sólo si son utilizadas de forma apropiadas.
Esto es lo que analiza el estudio Tecnología y aprendizaje. Investigación sobre el impacto del ordenador en el aula, realizado por el Instituto de Evaluación Idea, coordinado por Álvaro Marchesi y Elena Martín. Este informe concluye que es necesario pensar en un nuevo modelo de enseñanza y de evaluación al incorporar el ordenador en el aula y que el sistema tradicional de evaluación de los alumnos es el principal obstáculo para una incorporación positiva. Los profesionales apuestan, además, por compaginar el ordenador con el libro de texto.
Para este estudio, los autores realizaron un diseño cuasi-experimental con un grupo de alumnos de control y otro experimental a los que daba clase el mismo profesor. En el grupo experimental se impartió la clase en el aula de informática, mientras que en el grupo de control siguieron en su aula y con el libro de texto habitual. Los grupos de alumnos eran de 3º de ESO y pertenecían a 16 centros distintos. La prueba se llevó a cabo en dos áreas: matemáticas y ciencias sociales. Participaron 1.602 alumnos. Además, se prepararon materiales digitales educativos y se realizó un curso de formación con el profesorado.
Al final de la experiencia, los docentes valoraron del uso de las nuevas tecnologías los siguientes aspectos: el incremento del interés de los alumnos por la materia (66,7%), la capacidad de adaptación de las enseñanzas a las necesidades de cada alumno (60,9%), el ambiente de trabajo de los estudiantes (58,3%), la flexibilidad metodológica (47,8%) y las relaciones entre los alumnos (45,8%). Por el contrario, estos mismos profesores se decantaron únicamente por el aula tradicional en cuanto al aprendizaje de la materia (54,2%), que era mejor. Y no encontraron diferencias entre un sistema y otro en el mantenimiento del orden en el aula (45,8%), en la relación con sus alumnos (54,2%) y en su satisfacción personal (58,3%).
Los autores del informe señalan tras estos datos que "sorprende" que los alumnos aprendan más en el sistema tradicional (donde hay menos interés, menos adaptación, menos orden, menos ambiente de trabajo y menos relaciones entre alumnos). Y aportan una hipótesis plausible: "Los profesores tienen un modelo de enseñanza y de aprendizaje tradicional que se caracteriza en buena parte en la existencia de un texto escrito, con unos conceptos que han de ser trabajados y memorizados, con unos ejercicios... Cuando este esquema se altera, como puede suceder en la enseñanza con ordenador, los profesores desconfían de que el alumno haya aprendido lo suficiente".
Respecto a los alumnos, el 45,8% señaló, al final de la experiencia, que el uso del ordenador es señal de calidad en la educación. También ellos analizaron las desventajas y los inconvenientes a la utilización del ordenador. El 55,1% aseguró que el estilo de enseñanza de los profesores es mejor en la enseñanza habitual y el 54,9% afirmó que aprenden mejor en este sistema. Sin embargo, señalaron que las clases con ordenador incrementaron su interés por la materia (34,9%), que mejoraron las relaciones con los compañeros (39,7%) y el ambiente de trabajo (37,1%).
A pesar de las expectativas pesimistas de los profesores y de los alumnos, señalan los autores del informe, la realidad es que los alumnos aprendieron exactamente lo mismo con el ordenador que con el libro de texto en el aula habitual, según se comprobó. Y aún más: los alumnos con poco conocimiento de la materia y escaso interés sacaron mejores notas en el aula con ordenador frente a los alumnos en su misma situación que aprendieron en el aula habitual.
En cuanto a la utilización del ordenador por parte de los alumnos, el estudio señala que el 91% tiene un odenador en casa. La mayoría (el 43,8%) lo utiliza entre dos y siete horas a la semana, principalmente para jugar (33,8%). Además, indica que al 79,8% le gusta mucho utilizar el ordenador.
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