18 italianos mueren en un atentado suicida
El ataque contra la sede de los 'carabinieri' en Nasiriya es la mayor matanza de tropas europeas
Al menos 26 muertos, 18 italianos y 8 iraquíes, causó ayer el atentado suicida contra la sede de los carabinieri (cuerpo similar a la Guardia Civil) italianos en Nasiriya. Los heridos superaban el centenar, y a última hora, los equipos de rescate seguían buscando víctimas entre los escombros. El ataque, la mayor matanza contra tropas no estadounidenses en Irak, parece un aviso a las fuerzas de la Coalición: la insurgencia está extendiendo su radio de acción. Hasta ahora las regiones del sur, donde se halla Nasiriya, y el centro-sur, donde se encuentran los soldados españoles, se habían mantenido en relativa calma y parecían haber acogido bien a los soldados de la fuerza multinacional encargada de la seguridad.
La sacudida se produjo a las 10.45 (8.45 en la España peninsular). Un camión forzó la barrera de entrada a la base italiana, en el antiguo edificio de la Cámara de Comercio de Nasiriya, y tras él se coló el coche que, al parecer, conducía un suicida, según la reconstrucción de los hechos realizada por una portavoz de la Coalición desde Basora. Varios testigos añadieron que se trataba de un camión cisterna, probablemente cargado de combustible, que rápidamente se convirtió en una bola de fuego.
"Un camión ha chocado contra la entrada de la unidad militar italiana, seguido de inmediato por un coche que ha hecho explosión", explicó la teniente Catherine McIntosh. Pero otros portavoces aseguraban que no estaba claro cuál de los dos vehículos había estallado. Al parecer, el coche llevaba un detonador, pero no se sabe si los explosivos estaban en su interior, en el camión o en los dos.
Sea como fuere, la detonación fue tan enérgica que no sólo destruyó el inmueble, sino que hizo estallar las ventanas de un edificio situado en la otra orilla del río Éufrates. Las imágenes grabadas por un videoaficionado momentos después del estallido mostraban la llegada de los bomberos en medio de varias columnas de humo negro. De repente, se produjeron nuevas explosiones de menor intensidad. Los depósitos de varios vehículos estacionados en el patio de la comisaría y la munición almacenada saltaban por los aires. Cada petardazo provocaba la estampida de quienes se habían acercado a ayudar o a curiosear.
Fuerza de reacción rápida
Poco después llegó al lugar la fuerza de reacción rápida de la Coalición y un equipo médico, y los soldados acordonaron la zona. El Ministerio de Defensa italiano confirmó, en su último parte oficial de bajas, la muerte de 16 militares italianos, 12 carabinieri y cuatro soldados del Ejército de Tierra, y de dos civiles. Fuentes hospitalarias de Nasiriya certificaron la defunción de ocho civiles iraquíes, aunque no estaba claro si incluían al suicida. Al parecer, varias de estas víctimas podrían ser estudiantes de un colegio femenino cercano, al igual que muchos heridos.
Italia tiene actualmente en Irak 2.400 militares, entre soldados y carabinieri, una fuerza policial paramilitar similar a la Guardia Civil española. La base de Nasiriya acogía a 340 italianos y 110 soldados rumanos, entre los cuales no se produjeron víctimas mortales.
No es sólo el primer ataque contra las fuerzas italianas, sino también el primero de este tipo en el sur de Irak. Muchos observadores coinciden en que se trata de un golpe a la división multinacional al mando del Reino Unido, que está a cargo de la región sur, en la que se incluyen las provincias de Basora, Al Muthanna, Dhiqar y Maysan. Tras la bomba que estalló el día anterior en Basora, dejando cuatro muertos iraquíes, y el asesinato de un oficial polaco la semana pasada en la región centro-sur, los insurgentes han extendido sus acciones a una parte del país hasta ahora bastante segura para las tropas ocupantes.
Fuentes árabes recuerdan, no obstante, que Italia, que apoyó la intervención de Estados Unidos en Irak, fue amenazada por Al Qaeda el pasado octubre, al igual que España, entre otros países. La advertencia estaba incluida en una cinta sonora atribuida a Osama Bin Laden, difundida por la cadena qatarí de televisión por satélite Al Yazira. "Nos reservamos el derecho de responder en el momento y el lugar oportunos contra todos los países que participan en esta guerra injusta, en especial, el Reino Unido, España, Australia, Polonia, Japón e Italia", señalaba el mensaje supuestamente grabado por el líder de Al Qaeda.
De confirmarse que el atentado de ayer es obra de ese grupo terrorista, se revelarían acertadas las sospechas de EE UU sobre la presencia de manos extranjeras en los atentados que desde el pasado agosto sacuden Irak. Sin embargo, el máximo responsable de las fuerzas de la Coalición, el teniente general Ricardo Sánchez, admitió el pasado martes que aún no tienen pruebas concluyentes al respecto.
El atentado de Nasiriya eclipsó el resto de los incidentes que se produjeron ayer en Irak. En Faluya, dentro del triángulo suní, cinco civiles iraquíes resultaron muertos y otros cuatro heridos cuando una patrulla estadounidense disparó contra el camión en el que viajaban. Además, fuentes militares de EE UU anunciaron la muerte de otros dos soldados, uno de ellos por las heridas recibidas el martes al ser atacado con un artefacto explosivo en Bagdad, y el segundo, por la explosión de una bomba camuflada en la carretera, a la altura de Tayi, al norte de la capital.
De nuevo, poco antes de las nueve y media de la noche, volvieron a oírse explosiones en el centro de Bagdad, aunque esta vez eran las fuerzas de la Coalición las que disparaban contra los presuntos responsables de los últimos ataques de mortero contra la zona verde, donde se halla la sede de la Administración Provisional de la Coalición. Uno de los proyectiles lanzados la noche anterior cayó a menos de 100 metros del Palacio de la República, donde tiene su despacho el administrador civil de EE UU, Paul Bremer. Según un oficial español, "46 vehículos quedaron destrozados".
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