Salvamento Marítimo tardó una hora en ir al rescate de la patera que naufragó en Rota

Desde que el puerto de Cádiz recibió el aviso de que una patera pedía auxilio en las puertas de la bahía de Cádiz hasta que un remolcador salió al rescate transcurrió una hora. El barco partió pasadas las 20.00 y dos horas después, al ser hallada la patera en la playa, la Guardia Civil suspendió la búsqueda de supervivientes. En el naufragio, ocurrido el 25 de octubre, fallecieron al menos 36 inmigrantes. El capitán marítimo del puerto, Pedro de Frutos, asegura que la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) no organizó un dispositivo de rescate porque era "un problema de inmigración, no de salvamento".

La Guardia Civil dejó de buscar supervivientes cuando localizó la barca en una playa de Cádiz

El relato de lo sucedido el 25 de octubre en Cádiz muestra una mezcla de incompetencia, dejadez y mala suerte. La cronología ha sido obtenida a través de fuentes de la Autoridad Portuaria de la bahía de Cádiz, Guardia Civil, Junta de Andalucía, PSOE, IU y ONG de Cádiz. La Subdelegación del Gobierno en Cádiz, que ha prohibido hablar a la Guardia Civil y a Sasemar, se niega a dar información. Los organismos implicados han remitido a la Subdelegación un informe sobre aquel fatídico día. La Subdelegación afirma que son "informes internos" y que no son públicos.

A las 19.10 del sábado 25 de octubre una lancha neumática Valiant de siete metros de eslora con unos 50 magrebíes a bordo enfila el faro de Rota. Se encuentra en un temporal con olas de cuatro metros y vientos de 65 kilómetros por hora. A esa hora, el carguero Focs Tenerife, fondeado en la entrada de la bahía de Cádiz, alerta al Centro de Control y Salvamento del Puerto de que a 500 metros ha divisado una patera que tiene problemas para navegar. Todavía es de día. Esa noche, los relojes se atrasaron una hora. La Subdelegación del Gobierno afirma que los inmigrantes no pedían ayuda. Según un documento oficial al que ha tenido acceso este diario, los inmigrantes sí pedían ayuda.

A las 19.20, Sasemar, dependiente del Ministerio de Fomento, llama al Servicio Marítimo de la Guardia Civil y le pide que una patrullera salga a por la patera. De Frutos, en una breve conversación, justificó esta llamada "porque era un problema de inmigración, no de salvamento". El coordinador de IU en Cádiz, Ignacio García, afirma que los dos organismos discuten sobre quién tiene competencias. En la práctica, la discusión es irrelevante porque la Guardia Civil no tiene ningún barco capaz de hacerse a la mar.

La patrullera ligera GC-L02, construida en 1990, está averiada desde el 15 de septiembre. Necesita un cambio de pistones. La patrullera ligera neumática S-06 tiene un problema mecánico de culatas desde agosto. Las otras dos embarcaciones son lanchas de menos de siete metros requisadas a los narcos con las que no se puede salir en mitad de un temporal y en las que no cabrían los inmigrantes.

Entonces, Sasemar se hace cargo del rescate. Según De Frutos, nunca fue un operativo de salvamento, sino que Sasemar "puso algunos medios" para ayudar a la patera. También es irrelevante si decidió hacer uso de sus barcos, porque no los tenía. Su barco de salvamento, el Salvamar Gadir, está en una revisión. El remolcador que le sustituye, el Sertosa-18, está en Tarifa ayudando a un pesquero marroquí.

A las 19.40, el Focs Tenerife llama de nuevo a puerto e insiste sobre la mala navegación de la patera. El capitán del Focs Tenerife asegura que hablará después de declarar ante la Guardia Civil. Sasemar busca entonces un remolcador. En el puerto de Cádiz quedan cuatro remolcadores. Sasemar pide un barco a la Compañía Valenciana de Remolcadores. Ésta ofrece el Sargazos, pero advierte de que no tiene tripulación suficiente para zarpar. Sasemar recluta a guardias civiles, agentes de policía y miembros de Sasemar. Todo el que pasa por el puerto es bienvenido.

Poco después de las 20.00, el Sargazos sale en busca de la patera. Sasemar avisa a Protección Civil de Rota para que prepare un dispositivo de acogida de inmigrantes en la playa. Cuando el remolcador llega a la zona donde la patera fue vista por última vez, son más de las 20.15. Ha pasado más de una hora desde que el Focs Tenerife dio la alarma. Entre el puerto y la patera hay menos de cinco kilómetros. A las 20.50, un helicóptero se une a la búsqueda.

A las 21.30, el remolcador cree ver la patera. Es una falsa alarma. Nunca la encuentra. La patera aparece a las 22.00 en una playa de Rota. Junto a ella, hay huellas de unos cinco ocupantes. En ese momento la Guardia Civil asume que los inmigrantes están a salvo en tierra y que se han escapado. El instituto armado suspende la búsqueda de supervivientes.

A las 23.00, un inmigrante es atendido en el Centro de Salud de Rota. Un cuarto de hora después, el Cuerpo Nacional de Policía localiza a otros dos ocupantes de la patera. Esa noche son hallados seis supervivientes. Sobre la 1.00, uno de los ocupantes dice que en la patera iban más de 40 personas, según un traductor. Pero esa noche nada cambia. A las 8.00 del 26 de octubre, la Cruz Roja reinicia las tareas de búsqueda. Ya sólo aparecen cadáveres. Hasta 36 en ocho días. Así se fraguó la mayor tragedia de la inmigración ilegal en España.