La primera fase de la construcción de la Ciudad Politécnica de la Innovación entra en la recta final
Un sofisticado 'cubo' de 21.553 m2 acogerá desde enero los primeros diez institutos científicos
La primera fase de la construcción del proyecto de parque científico de la Universidad Politécnica de Valencia -concebido en el año 2000 bajo la marca de Ciudad Politécnica de la Innovación (CPI)- se encuentra en su recta final. Lindando con la prolongación norte de la avenida Serreria, en la zona Este del campus de Vera, se alza un sofisticado cubo de cinco plantas -edificado sobre una superficie total construida de 21.553 metros cuadrados y dotado de un completo sistema electrónico de control electrónico de las instalaciones- que albergará 10 de los 24 institutos de investigación que trabajan a pleno rendimiento en distintas zonas de la Politécnica, cuando se cumplen los 35 años de su fundación.
Con la inauguración en enero y el traslado de estos diez institutos (centrados fundamentalmente en
el desarrollo del área de la información y las comunicaciones TIC y el sector automotriz
) que finalizará en marzo de 2004, según explica el director del CPI, Francisco Mora, "se cierra la primera de las tres fases de construcción de la Ciudad Politécnica de la Innovación, que culminará en el curso 2006-2007 con 100.000 metros cuadrados construidos sobre una superficie total de 140.000 m2 completamente dedicada a la generación de I+D+i".
A finales de este mes se formalizará la entrega de este primer cubo -que se unirá posteriormente a otros dos cubos gemelos mediante una "calle interna elevada" que nace de la tercera planta-, en cuyo sótano se instalará el Instituto de Diseño y Fabricación (IDF) en el que investigadores de la Politécnica y técnicos de la Ford trabajan conjuntamente en la medición de diferentes partes de la industria automotriz utilizando "una especie de robots, muy sensibles", explica Mora, "que requieren un espacio como éste, protegido de la luz".
Junto al IDF estará también el Instituto de Automática e Informática Industrial (AI2); el CIGIP-Centro de Investigación en Gestión e Ingeniería de la Producción; el IMCO2- Instituto de Ingeniería, Informática Multimedia, comunicaciones y Computadores; el ITACA (Instituto de Aplicaciones de las TIC y de las Comunicaciones Avanzadas); el Instituto Tecnológico de la Informática (ITI); y los institutos IIAMA de Ingeniería del Agua y Medioambiente; CVER-Centro Valenciano de Estudios del Riego; y el IMM-Instituto de Matemática Multidisciplinar. Estos institutos, denominados Estructuras Propias de Investigación (EPIs) tienen la doble finalidad de "potenciar y facilitar la investigación de los grupos de I+D+i de mayor nivel y actividad" y, por otro, "conseguir una relación más fluida con las empresas, sobre todo, las pymes que forman la base del tejido empresarial de Comunidad Valenciana", sostiene Mora.
"La CPI fue concebida por el rector Justo Nieto para ser un potente instrumento de desarrollo regional", prosigue Mora, quien explica el "éxito" potencial de una iniciativa que antes de arrancar formalmente cuenta ya con "36 solicitudes de empresas que quieren instalarse". De momento, la universidad "está estudiando los requisitos y criterios que se exigirá a las empresas", de manera, sostiene el director del CPI, que "se establezcan unos criterios objetivos en forma de convenio, que se pueden traducir en forma de becas doctorales, proyectos conjuntos de I+D+i (entre los investigadores de la universidad y la empresa), se regulen nuevos sistemas de prácticas de los alumnos basados en las nuevas directrices de evaluación del trabajo del estudiantes definidas en los nuevos sistemas de créditos europeos ETCs". Este sistema permitirá realizar parte de los "créditos de estudio", como ya se hace, por ejemplo, entre los estudiantes de Telecomunicaciones y empresas como Fujitsu, Ono o Telefónica. La idea es que en 2006 "se incorporen a la plantilla 2.000 investigadores más", y "se incremente el ritmo de autogeneración de "empresas de base tecnológica por parte de alumnos y profesores, con un resultado de 105 firmas en una década.
La solvencia juega a favor. El internacionalizado Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) -que fuera buque insignia del primer parque tecnológico construido a final de los ochenta en Paterna- ha desembarcado ya, todavía en medio de cajas, en la futura Ciudad Politécnica de la Innovación que despega.
El SCH y la Fundación INNOVA
"Con los datos que tenemos, está previsto que los ingresos anuales por la venta de productos generados en el parque científico se triplique en tres años. El SCH está dispuesto a colaborar en un proyecto que considera muy importante", precisó Emilio Botín presidente de la primera entidad financiera de este país, en marzo pasado. Las cifras a las que se refería hablan de un volumen anual de generación de I+D en universidades valencianas de "30.000 millones de pesetas [180 millones de euros] y de 7.000 millones de ingresos netos [otros 42 millones de euros]". Nueve meses después, "la UPV trabaja con varias entidades financieras, especialmente con el SCH, en la concepción de un instrumento nuevo para financiar sociedades de capital semilla, para que las ideas que surjan de los grupos de I+D+i tengan un capital de arranque para crear empresas de base tecnológica", explica Mora, que adelantó que en marzo, se firmará el primer convenio de este tipo con el SCH, coincidiendo de forma "simbólica", con la visita de Botín hace un año. Las expectativas generadas por la marca CPI entre las entidades residen, sobre todo, al diseño de una gestión "independiente", garantizada por el rector Justo Nieto. De hecho, fue Nieto quien recordó ante Botín que "la CPI será el primer parque que se hace en una universidad y que entrega su gestión a un socio mayoritario", en referencia a la Fundación INNOVA, constituida al 50% entre la Politécnica y la patronal CEV en 2002 como "entidad sin ánimo de lucro sujeta a derecho privado" creada con la finalidad de impulsar y coordinar las actuaciones de las empresas y la universidad en materia de ciencia y tecnología".
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