Martín Garzo gana el Premio Sánchez Ruipérez por fomentar la lectura infantil
El escritor Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) siempre se ha preocupado por el fomento de la lectura entre los más pequeños. Se interesó en su consulta como psicólogo infantil y sigue haciéndolo todavía con charlas en los colegios y en sus artículos. La Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha reconocido su labor concediéndole el IV Premio
Periodístico para artículos de creación sobre la importancia de la lectura, dotado con 12.000 euros, por Instrucciones para enseñar a leer a un niño, publicado en el suplemento Blanco y Negro del diario ABC.
"Bajo la idea de que la escritura es la memoria de las palabras, el escritor hace una hermosa reflexión sobre el aprendizaje, la pedagogía y la experiencia de la lectura", afirmaron en un comunicado el presidente del jurado, Luis Mateo Díez, y los miembros Josefina Aldecoa, César Antonio Molina, Ana María Moix, Alberto Manguel y Felicidad Orquín.
"Este premio me hace especial ilusión porque lo recibo por mi experiencia como buen lector de libros decisivos en mi vida, no como escritor", afirmaba ayer desde Valladolid el novelista
, ganador del Nadal con Las historias de Marta y Fernando
. Anteriormente fueron merecedores del galardón Juan José Millás, Fernando Savater y Alberto Manguel.
Consejos prácticos
"Todo el mundo está muy preocupado por el fomento de la lectura y creo que los padres y educadores mareamos a los niños. Exigirles que lean es contraproducente, porque los libros están relacionados con el mundo de la intimidad y del autoconocimiento. No puede haber un reproche constante, debe presentarse como una golosina", aconseja a los progenitores. Los menores son, en su opinión, los mejores lectores "porque no leen para ser mejores, sino por placer, para abrirse a lo que creen, al mundo de ángeles y demonios".
Recomienda a los más pequeños los cuentos clásicos de los hermanos Grimm o de Andersen, "que siguen embelesándolos incluso en esta era cibernética", y a los un poco más mayores, Peter Pan, "una historia compleja y triste porque la literatura infantil y juvenil no tiene que rehuir el conflicto". "Al niño no se le puede dar algo plano y light porque su mundo no es así", argumenta.
"Un niño tiene que estar rodeado de palabras desde la maternidad porque es importante que aprenda a relacionar el mundo de la oralidad y el de la escritura. Es bueno que se asombre de ver a su madre absorta, e incluso ruborizada, delante de una novela, porque así buscará en los libros los mismos efectos", afirma Martín Garzo, finalista en el Premio Nacional de Literatura Infantil con Una miga de pan (Siruela).
En noviembre publicará en la misma editorial Tres cuentos de hadas, "un homenaje a las historias maravillosas que reivindican el prodigio, lo sorprendente".
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