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Mohamed VI hace historia al anunciar el fin de la poligamia y leyes en favor de la mujer

El rey impulsa una reforma que le enfrenta a los grupos islamistas radicales de Marruecos

El rey Mohamed VI hizo historia el viernes por la noche al proclamar una práctica equiparación de los derechos de la mujer con el hombre en Marruecos, colocando a su reino a la cabeza, junto con Túnez y Líbano, del mundo árabe en este terreno. En el discurso de apertura de la sesión del Parlamento, el soberano alauí anunció 11 medidas que no promulgará por decreto, sino que serán recogidas en una ley para implicar a todas las fuerzas políticas. Entre las reformas están la práctica supresión de la poligamia, al igual que del repudio (divorcio exigido por el hombre).

Se trata, explicó el monarca en su discurso ante el Parlamento, de "acabar con la iniquidad que pesa sobre la mujer, de proteger los derechos del niño y de preservar la dignidad del ser humano". Para lograrlo hay que establecer "la igualdad de los derechos y deberes" entre ambos cónyuges y poner fin a la obediencia debida de la esposa al marido, señaló el rey.

A lo largo de su intervención, Mohamed VI insistió una y otra vez en que las medidas anunciadas conformarán "un código moderno de la familia en perfecta adecuación con el espíritu de nuestra religión tolerante" y "no deben ser acogidas con reacciones fanáticas". Replicaba así de antemano a eventuales críticas islamistas.

Concretamente, la familia quedará colocada "bajo la responsabilidad conjunta de ambos esposos" y no solamente del marido; la edad para contraer matrimonio queda fijada a los 18 años -en lugar de los 15- y las mujeres no se casarán en contra de su voluntad. Sólo un juez podrá, en algunos casos excepcionales, rebajar la edad mínima de los esposos.

La poligamia no queda abolida pero resultará muy difícil de practicar. Estará sometida al visto bueno previo de la primera esposa, que podrá incluir en su contrato de matrimonio una cláusula que la prohíba, y a la autorización de un juez, que deberá determinar si el marido podrá otorgar a su segunda mujer e hijos el mismo trato digno que a la primera. En caso de que sea permitida, la primera esposa tiene derecho a pedir el divorcio y a ser resarcida.

Otro tanto sucede con el repudio de la mujer por su marido, que pasará a convertirse en un divorcio bajo control judicial. En todo caso, quedará sometido a los tribunales de justicia y no será efectivo hasta que la esposa repudiada y sus hijos no hayan obtenido todos sus derechos y reparaciones.

Las mujeres podrán obtener el derecho de guarda y custodia de sus hijos, aunque estén divorciadas, y se establecerán mecanismos para que se determine la paternidad de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Se instituirán, por último, unos tribunales de familia encargados de velar por la aplicación de la ley.

Con su intervención, el monarca Mohamed VI zanja un debate que empezó antes de su reinado sobre la reforma de la mudawana, el estatuto de la mujer, y que enfrentaba a conservadores e islamistas, por un lado, con la izquierda y los liberales, por otro. Una comisión consultiva presidida por Mohamed Bucetta entregó hace tres semanas sus conclusiones.

La decisión real "no debe ser percibida como una victoria de un sector sobre otro", afirmó el soberano. Pero va a contracorriente de las tesis de los islamistas. Éstos convocaron en Casablanca, en marzo de 2000, la mayor manifestación de la historia de Marruecos -acudió un millón de personas- para rechazar la revisión de la mudawana.

"Valientes reformas"

Un par de horas antes de que el rey pronunciase su discurso, el presidente francés, Jacques Chirac, dictó una conferencia ante los estudiantes de la Universidad de Tánger. Les anunció de antemano "avances significativos en la reforma del estatuto" de la mujer y les instó a apoyar "las valientes reformas" del soberano.

Las reacciones de la clase política marroquí y de la sociedad civil fueron ayer tan entusiastas como la de Chirac. Malika Assimi, de la dirección del partido nacionalista Istiqlal, aseguró que el discurso "responde ampliamente a las aspiraciones de las mujeres marroquíes", mientras que Nezha Skalli, del antiguo Partido Comunista, lo tachaba de "histórico".

Incluso los islamistas legales del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) se abstenían de cualquier crítica. "El rey afirma que estas enmiendas han sido introducidas tomando en consideración los objetivos de la sharía que buscan instaurar la justicia entre los miembros de una misma familia", señalaba Mustafá Ramid, presidente del grupo parlamentario de esa formación.

El rey Mohamed VI saluda a algunas  diputadas del Parlamento marroquí.
El rey Mohamed VI saluda a algunas diputadas del Parlamento marroquí.ASSOCIATED PRESS

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