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EL FUTURO DE CUBA

Intelectuales cubanos y europeos buscan alternativas para Castro

Michnik sugiere en Berlín la fórmula "¡amnistía, sí; amnesia, no!"

"¡Amnistía, sí; amnesia, no!". Este lema, pronunciado por Adam Michnik, que pasó de las cárceles del comunismo y de las filas de la disidencia polaca a dirigir Gazeta Wyborzcza, el periódico de más éxito y prestigio en el este de Europa, podría servir de resumen a dos días y unas 20 horas de debates en la conferencia Cuba: los desafíos del futuro, que se celebró el fin de semana en La Casa de las Culturas del Mundo, en Berlín.

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Dos docenas de intelectuales y analistas políticos de la Cuba del exilio, polacos, checos, más la profesora húngara Agnes Heller, con experiencia en transiciones del comunismo a la democracia, analizaron en la capital alemana las opciones para el futuro de Cuba. La conferencia se organizó con la colaboración del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Humboldt y el Centro Transregional de Estudios Democráticos de Nueva York. La mayoría de los cubanos participantes procedían del grupo en torno a la Asociación Encuentro, que trata de "construir un futuro democrático en Cuba con el menor costo posible", según su presidenta, Annabelle Rodríguez.

No hubo en la conferencia de Berlín tonos de anticastrismo rabioso, sino que predominó el análisis lúcido y sereno de la situación cubana y se esbozaron escenarios de salida para una situación que no parece tenerla. El promotor alemán del encuentro, el sociólogo Klaus Offe, explicó que no se trataba "de una reunión política, ni de lograr una resolución, sino de aprender y ayudar a la reflexión". Para Offe, los objetivos para Cuba están claros, pero se ignoran las vías para lograrlos. Se lamenta de que un encuentro como el de Berlín, una plataforma de diálogo, no haya contado con ningún representante del interior de la isla o del aparato del Estado: "No se puede actuar juntos, salvo que el partido lo permita". Sobre la posibilidad de la aplicación de modelos del este de Europa a Cuba se muestra Offe más bien escéptico, "porque en muchos aspectos Cuba es diferente y todo se orienta hacia una persona y un régimen distinto al de otros países. El carisma y reconocimiento hacia Fidel Castro, con 44 años de control, presentan unas características especiales".

Michnik transmitió a los cubanos su visión de la transición en Polonia y advirtió contra el peligro del "anticomunismo con cara bolchevique, de cambiar la dictadura comunista por la anticomunista". Añadió Michnik: "En Miami tuve la impresión de hablar con anticomunistas con rostro bolchevique". Se pronunció Michnik por posiciones realistas: "Soy consciente de que uno no puede librarse de 40 años de historia de Cuba" y "merece la pena comprar a la nomenclatura para eliminar su potencial contrarrevolucionario para restaurar el viejo sistema".

Haroldo Dilla, investigador social en una universidad en la República Dominicana y que no hace mucho trabajaba en labores programáticas del Partido Comunista de Cuba, expresó el temor de que en el futuro de la isla "se sacrifique la democracia a la gobernabilidad para garantizar la seguridad de EE UU". Según Dilla, las Fuerzas Armadas cubanas constituyen el grupo de poder más organizado con técnicos y proyectos extendidos en la economía, y serán "un factor clave en la transición, pivote de cualquier negociación". Para Dilla, los militares "son duros en la esfera política y liberales en la economía", y estarían dispuestos a buscar una salida china para Cuba, pero el futuro resulta imprevisible, aunque se va "a un capitalismo periférico, no se sabe cómo, porque depende de cuándo se muera Fidel Castro" y de lo que venga detrás. No excluye Dilla que Washington pacte con ellos para asegurarse una situación en la que se controle el narcotráfico y la emigración de cubanos a EE UU.

Adam Michnik.
Adam Michnik.

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