Israel aprueba la construcción de otras 600 casas para colonos

El Gobierno de Israel está dispuesto a ampliar los asentamientos de Cisjordania para dar cabida a 600 nuevas familias, según se desprende de un anuncio oficial convocando las obras que fue publicado ayer por la prensa. La información ha provocado la preocupación de EE UU y la indignación de la Autoridad Palestina, que considera que la ampliación de los asentamientos supone, junto a la prolongación del muro, "la destrucción y el saboteo" del proceso de paz.

El plan de expansión de las colonias en Cisjordania, donde viven ahora 230.000 ciudadanos israelíes, prevé la ampliación inmediata de los enclaves de Meade Adumin, a las puertas de Jerusalén, Ariel y especialmente el de la comunidad ultraortodoxa judía de Beitar Ill. El plan se encuentra ya en fase de ejecución, por lo que el Ministerio de la Vivienda ha sacado ya a concurso público esta obra, que totalizará 600 pisos. En una fase posterior se incluye la construcción de otros 100 asentamientos en el enclave de Ofra.

El plan de ampliación de asentamientos en Cisjordania ha sido diseñado por el ministro de la Vivienda israelí, Effi Eitam, perteneciente al Partido Nacional Religioso, la plataforma política en torno a la cual se agrupa el movimiento de los colonos. El movimiento pacifista israelí Paz Ahora acusaba ayer a este ministro de haber promovido en lo que va de año la construcción de 1.394 pisos en los 226 asentamientos existentes oficiosamente en Cisjordania.

El anuncio de la ampliación de estos tres asentamientos de Cisjordania supone un nuevo espaldarazo a la política de colonización de los territorios palestinos por parte del Gobierno de Ariel Sharon, ya que se produce cuando apenas se han cumplido 24 horas de un acuerdo trascendente por el que el Gobierno israelí decidió, a pesar de la presión internacional, prolongar las obras del muro de separación. Esta prolongación del muro de 45 kilómetros tiene como principal objetivo dar protección a un grupo de asentamientos, en el que se concentra el 80% de los judíos que viven en la zona de Cisjordania.

La doble decisión ha provocado las críticas de Estados Unidos. El secretario de Estado, Colin Powell, se declaró "preocupado" por las decisiones al respecto del Gabinete de Ariel Sharon y recalcó que "el presidente sigue pensando que este muro crea un problema y que este problema se hace más grande en la medida en que penetra en territorio palestino". Señaló asimismo su "preocupación con respecto a las actividades de colonización".

Powell añadió que Washington está dispuesto a examinar el programa de ayuda económica a Israel, insinuando así la posibilidad de que se recorten las ayudas en la cuantía dedicada a la construcción del muro y de los nuevos alojamientos. Si las amenazas norteamericanas se llevan a término, sería la primera vez que Estados Unidos sancionase a Israel.

La reacción palestina ha sido más airada. A la indignación por la construcción del nuevo tramo del muro de separación se le suma, desde ayer, la ira por la ampliación de los tres asentamientos. El presidente, Yasir Arafat, calificó ayer el muro de obra racista, con la que los israelíes usurpan el 60% del territorio palestino. El rais pidió el apoyo de la comunidad internacional, especialmente de Europa, para frenar las actividades de colonización del Gobierno de Sharon.

"La prolongación del muro, así como la de los nuevos alojamientos, no tienen como objetivo afianzar la seguridad de Israel. Se trata simplemente de un robo de tierras palestinas", manifestó, por su parte, el ministro Saeb Erekat, responsable del equipo negociador palestino en el proceso de paz con Israel.