EdiciónMadrid abre las fronteras del arte a los nuevos creadores
75 proyectos han sido realizados para el festival
"Las fronteras del arte se han disuelto; hasta no hace mucho, ni la fotografía ni la moda entraban en esa categoría", asegura el artista Javier Lozano, uno de los creadores que desde ayer y hasta el domingo participa en la segunda edición del festival EdiciónMadrid, que se celebra en el Palacio de Minas (plaza de España, 8). El pasado año, la muestra fue visitada por 36.000 personas y para esta edición se han realizado más de 75 proyectos relacionados con el diseño, la fotografía, el vídeo y la música.
Las tres plantas del Palacio de Minas -6.000 metros cuadrados de exposición- servirán como escaparate, durante tres días, de las últimas tendencias de la cultura alternativa (www.edicionmadrid.com). Víctor del Campo, de la Fundación Temas de Arte y comisario de la muestra, explica que el discurso de este festival radica no sólo en las relaciones que existen entre el arte y la moda desde la perspectiva de las propuestas de las nuevas generaciones, sino en fomentar nuevas vías de diálogo, comunicación e intercambio con la música, el interiorismo y la estética. El festival, que edita la revista Tentación, en la que se reflejan los contenidos de la muestra, se celebrará dos veces al año, coincidiendo con la Pasarela Cibeles y con ARCO.
Tomás Alia -decorador en Madrid de locales tan emblemáticos como el Café Larios o la discoteca Stella- se ha decantado para el festival por una escultura de hierro y neón inspirada en el pop art. Su idea es que las últimas tendencias en locales nocturnos tienden a reproducir el pasado. "Son muy pocos los que apuestan por el videoarte o los materiales plásticos", dice Alia.
No es el caso de este festival de jóvenes creadores, donde el videoarte, el interiorismo, la música y los DJ tienen un papel destacado. Vicente Matallana, dedicado a la producción de arte electrónico, ofrece una retrospectiva del colectivo "...Dijo el monje", en el que, a través de una visión estereoscópica, se conduce al espectador a un estado alterado de su conciencia; la diseñadora Mireya Ruiz ha elegido uno de sus vestidos, a cuadros rojos con un tutú, unos calcetines de rejilla y unas sandalias negras como centro de su instalación; Rocío Villalonga ha optado por una filmación -hay que contemplarla subido en un columpio- del tráfico en hora punta en la Gran Vía, amenizado por el sonido de una excavadora; Jesús Ubera expone sus retratos exhibidos por hombres anuncio; Mónica García, su colección de bailarinas, y La Cle, un estudio especializado en diseño gráfico, titula su espacio ¿La bolsa o la vida?, para el que han realizado 1.000 unidades que se venden a cinco euros. El festival se completa con un ciclo de conferencias y debates.
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