El Congreso rechaza legalizar Bio-Bac

La Comisión de Sanidad del Congreso vivió ayer otro acto de la historia del Bio-Bac, el producto que se anunciaba como cura contra el cáncer, el sida y la hepatitis y que fue retirado en 2002 por carecer de permiso de Sanidad. PSOE, IU y BNG pidieron, cada uno con una fórmula distinta, que los pacientes puedan acceder al producto. El PP y CiU rechazaron las tres proposiciones y remitieron al proceso judicial que hay abierto contra el fabricante.

El PSOE propuso dar al producto el calificativo de complemento alimenticio. La socialista Inés Rodríguez afirmó que su iniciativa pretendía "dar una solución a los pacientes", aunque reconoció que "Bio-Bac no es un medicamento". El diputado del PP Antonio Gutiérrez respondió que, según el criterio del PSOE, la clasificación de complemento dietético se convertiría en una entrada para cualquier producto que no cumpliera los requisitos para ser medicamento. La diputada de CiU Zoila Riera compartió los argumentos del PP y criticó al PSOE: "Puede que Bio-Bac fuera inocuo, pero no se puede presentar como cura del cáncer, el sida y la hepatitis sin tener ensayos clínicos. Es inmoral engañar así a la gente y no podemos permitirlo". IU pidió que Sanidad dé el producto de forma compasiva, algo reservado a medicamentos en fase de experimentación y de forma individual.

La posición más dura fue la de Carlos Aymerich, del BNG, que afirmó que Sanidad nunca había aprobado Bio-Bac por la existencia de "una trama de altos funcionarios del ministerio". E insinuó que una multinacional está detrás de esta "trama".

Desde que en 1967 el farmacéutico Fernando Chacón fabrica Bio-Bac, la Administración y los tribunales han denegado en al menos siete ocasiones la categoría de medicamento. La mayoría de los rechazos se producen entre 1990 y 1994, con los socialistas en el poder, según detalló ante el Congreso en 2002 el subsecretario del Ministerio de Sanidad, Pablo Vázquez.