A la enésima va la vencida

El presidente argentino, Néstor Kirchner, decidió apostar fuerte en la negociación con el Fondo Monetario Internacional para lograr un nuevo acuerdo de asistencia por tres años de duración, y logró que lo que pretendía. Kirchner arrancó al organismo internacional, durante el pasado miércoles, la aprobación de un programa bastante benigno en términos de ahorro fiscal, un día después de suspender pagos con el FMI por valor de 2.900 millones de dólares.

La clave del acuerdo consiste en establecer que, en el ejercicio de 2004, el superávit fiscal primario se sitúe en el 3% del PIB

Argentina, que decidió saldar esa deuda por valor de 2.900 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacioal el pasado jueves, ha conseguido oxígeno para desarrollar el plan de Kirchner de estímulo al crecimiento, pero se ha quedado con poco margen para ofrecer a los acreedores externos una atractiva reestructuración de su deuda, en suspensión de pagos desde diciembre de 2001.

La clave del acuerdo consistió en definir la meta del año 2004 del superávit fiscal primario, es decir, los ingresos menos los gastos antes del pago del pasivo. El objetivo radica en alcanzar el 3% del PIB (producto interior bruto) e implicará un esfuerzo del Estado para que la meta de 2003 se sitúe en el 2,5%.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, que ha tenido roces con Kirchner por la obsesión del presidente por controlar la discusión con el FMI, ha enviado al Congreso un paquete de medidas contra la defraudación tributaria y estudia la eliminación de exenciones al impuesto al valor añadido (IVA). El Gobierno mantendrá congelados los salarios de funcionarios y las jubilaciones, al tiempo que tampoco podrá excederse en su plan de obras públicas, una de las principales promesas de Kirchner al llegar al poder, en mayo pasado.

Ahorro fiscal

El economista heterodoxo Eduardo Curia, al que suele consultar el jefe de Estado, reconoce que un ahorro fiscal superior al 2,5% lo inquieta, en un país donde los ajustes de 2000 y 2001 contribuyeron a profundizar la recesión. Pero Curia reconoce que, al menos, no se accedió a la petición del FMI de fijar metas del 3,5% para 2004, 4% para 2005 y 4,5% para 2006.

Finalmente, el acuerdo, que refinanciará vencimientos de los próximos tres años por 21.901 millones de dólares con organismos multilaterales, el Club de París y países europeos, postergó la definición de los superávit de 2005 y 2006. En estos años, el Gobierno aspira a alentar los depósitos reduciendo el impuesto a las transferencias financieras, y también las exportaciones, recortando las retenciones que se les impone. Algunos analistas, sin embargo, consideran que el ahorro fiscal del 3% del PIB resulta escaso. El consultor José Luis Espert considera que este mismo año se hubiera podido lograr, aunque recortando nuevas inversiones sociales, educativas o en infraestructuras. Los estudios privados vaticinan un superávit fiscal primario del 2,7% al 2,9% para 2003, año en que la economía crecerá entre el 5,5% y el 6%. Una de las objeciones de los analistas al nuevo acuerdo apunta a que la falta de metas fiscales para 2005 y 2006 abre un horizonte de incertidumbre a largo plazo que dificultaría la reestructuración de la deuda en suspensión pagos, la contraída con inversores privados (alrededor de 100.000 millones de dólares, de los cuales 66.000 millones están en manos extranjeras).

Oferta argentina

Argentina formulará una oferta el próximo día 23 en la que ofrecerá mantener el capital pero reducir los intereses y ampliar los plazos a los acreedores particulares, al tiempo que propondrá una quita a los inversores institucionales, aunque también les prometerá intereses mayores.

La negociación finalizará, en el mejor de los casos, a fines del ejercicio de 2004. De esta forma, Kirchner se asegura con el acuerdo un respaldo hasta casi el final de su Gobierno, en 2007. Eso sí, tendrá que negociar cada año la meta de ahorro fiscal. Además deberá demostrar que el mayor margen de recursos le permite desplegar un plan económico.