Los países africanos imponen el recorte de las ayudas al algodón en la cumbre de la OMC
La UE tendrá que ver la forma de compensar a los 10.000 productores españoles
Cuatro países africanos (Malí, Burkina Faso, Benín y Chad) han logrado imponer su batalla contra los subsidios del algodón en la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de Cancún. Tanta atención sobre un producto es inusual en las reuniones ministeriales de la organización, y su inclusión en los textos concluyentes sienta un precedente histórico. No obstante, aun cuando la UE ha hecho un gesto político a favor de estos productores, EE UU, quien más distorsiona el mercado de este producto, nada ha dicho.
La cuestión del algodón ha sido el tema polémico de la cumbre de Cancún y se ha convertido en el paradigma de la lucha de los países ricos y de los más pobres, casi tanto como lo fue el tema del acceso a los medicamentos hace dos años en la anterior cumbre de Doha. A México llegaron cuatro de los países más pobres del mundo reclamando el fin de las ayudas domésticas y los subsidios a la exportación del algodón en tres años y una compensación hasta que se cumpla ese plazo. En su favor, argumentaron que este producto es prácticamente la única fuente de sus ingresos (para Benín, por ejemplo, supone el 70% de sus exportaciones). La petición, respaldada ampliamente por las ONG, rápidamente tuvo un fuerte golpe de efecto en la opinión pública y se convirtió en el caballo de batalla de los países menos desarrollados y les sirvió para medir la voluntad de los países ricos.
Ayer, la UE acercó a Burkina Faso, Malí, Benín y Chad una propuesta que consistía en limitar al 60% las ayudas desvinculadas de la producción y hasta un 40% las que se conceden por superficie cultivada cuando se aborde la reforma de este sector en Bruselas en otoño. Actualmente, los productores europeos reciben 770 millones de euros (185 para España) de ayudas que les garantizan un precio mínimo. La UE tendrá que buscar la forma de compensar a los 10.000 productores españoles y unos 50.000 griegos de algodón con ayudas que no distorsionen el mercado, como por ejemplo, que les paguen por no producir.
El problema de esta solución, según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), es "que la gente deja de cultivar y poco a poco van desapareciendo las explotaciones pequeñas (el 95% en el caso de España) por no ser rentables". La propuesta enervó más aún al Gobierno español, que ayer insistió en que su prioridad es mantener las ayudas para los productores de algodón de Andalucía. El ministro de Agricultura, Miguel Arias-Cañete, insistió en que el texto final no ha sido aún aprobado, y que aunque ayer ya se esperaba el borrador de la declaración de Cancún, a los delegados aún les quedaba hoy para intentar barrer lo más que pudieran para casa.
EE UU lanzó una oferta que descolocó a más de uno: propuso tratar el tema del algodón dentro de todo el sector textil, lo que supone ampliar mucho el ámbito de la negociación y extenderlo a muchos más países que los cuatro africanos. Con ello, todo se complica enormemente. Desde que hizo esta oferta, Washington no se ha movido en ninguna dirección porque sabe desde hace días que el borrador final iba a recoger ampliamente su posición. EE UU aún se siente molesto con el director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, porque permitió que este tema del algodón entrase en la agenda de Cancún y ahora tenga una mención explícita en el texto final o en uno de sus textos anexos. Este tratamiento específico de un producto es inédito en la OMC y para los países ricos sentará un precedente peligroso, porque puede alentar a otros países a seguir el ejemplo.
"La UE ha dado un paso a favor de los africanos y con ello ha intentado ganarse la opinión pública a costa de España y Grecia", comentaba ayer un sindicalista agrario español. La producción algodonera europea representa apenas el 2,6% de la mundial frente a la de EE UU que produce el 16,2% y es el primer exportador mundial. Arias-Cañete comentaba ayer que "la campaña del algodón había sido muy bien orquestada y planificada", e insistía en que su inclusión en el texto final perjudicará gravemente al sistema de la OMC. Para los cuatro países africanos y otros 16 que los apoyaron firmemente, que la batalla del algodón haya quedado registrada en la declaración de Cancún supone un pequeño triunfo en la historia moderna del comercio mundial.
Ayer, a la entrada de la zona hotelera donde se desarrolla la cumbre unas 5.000 personas protestaron y hubo algunos incidentes menores.
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