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Entrevista:ROBERTO LAVAGNA | Ministro de Economía de Argentina

"El preacuerdo estaba cerrado y el FMI cambió el calendario"

Silencio total, en medio de la tensión de estas negociaciones, de Roberto Lavagna. El ministro de Economía de Argentina, de 60 años, se da el lujo de no recibir llamadas. Luce tranquilo, frío, como quien está jugando una partida de póquer. Es como si para Lavagna el balón estuviese en el tejado del Fondo Monetario Internacional. Tenía previsto viajar a México ayer martes por la noche para participar de la reunión de la OMC, pero tuvo que aplazar el viaje. El FMI, frente a la negativa de Argentina a asumir compromisos más exigentes, le ofreció un acuerdo por el que sólo se compromete a "estudiar" aplazar los pagos, algo muy diferente a una moratoria automática de todos los vencimientos. Esto, que para el ministro supone "un cambio del calendario", le ha dado a las conversaciones suspense hasta el último minuto.

"Nunca se deben introducir nuevos elementos cuando ya tienes un acuerdo"
"Los inversores deben mirar un horizonte que combine sus intereses con el crecimiento"
"Nadie va a ganar absolutamente nada si Argentina vuelve a una situación crítica"
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"La posición argentina es que en un contexto que no garantice nuestro crecimiento económico, la posibilidad de resolver problemas internos y que tengan que ver con los inversores extranjeros serán nulas", dice Lavagna. El ministro entiende que el "objetivo principal" de esta negociación es "mantenerla en el contexto de crecimiento que hemos logrado". Aunque admite que eso tiene "ciertas exigencias".

Pregunta. ¿Qué ocurrirá si los acreedores no admiten su contexto de crecimiento?

Respuesta. Las posiciones externas que no respeten esa realidad, sean de empresas, Gobiernos o mixtas, no sirven para solucionar el problema de fondo. Nadie va a ganar absolutamente nada si Argentina vuelve a una situación crítica en el crecimiento económico. Desde el punto de vista social y político las consecuencias serán desestabilizadoras. Nuestra lógica es que hay un objetivo común entre los intereses locales y los de los inversores extranjeros.

P. ¿Se ha vuelto a empezar de cero después de estos ocho meses en las negociaciones con el FMI?

R. No, quien vive las negociaciones desde dentro puede ver que la situación ha sido marcadamente diferente. Durante el año 2002 y a principios de 2003, uno podía encontrar una dosis de agresividad, la idea de que había que castigar a Argentina. Hasta ahora no se advertía tal actitud en esta negociación. El ambiente ha sido, como digo, notoriamente mejor. Argentina ha logrado realizar su mejor transición política de los últimos cuatro cambios presidenciales. Se lo recuerdo: en 1989 hubo hiperinflación; en 1999, una fuerte subida del desempleo y desorden fiscal; y en el 2001, ya fue el colapso total. Esta transición, en cambio, ha sido ejemplar. En tiempo y forma. Y con una participación popular muy importante. En estas negociaciones, he aquí la diferencia con la anterior, ha participado el staff [equipo técnico] del FMI, mientras que el acuerdo firmado en febrero pasado fue obra del Grupo de los Siete.

P. ¿Cuáles son los desacuerdos de última hora?

R. Los temas en discusión fueron el superávit fiscal a partir del año 2004, para que el que se llegó a un acuerdo del 3%. Y otros asuntos como los ritmos, digámoslo así, de desembolso del FMI. Sobre todo, esta última cuestión parece ser la de mayor peso. Debo decir que fue introducida por el FMI el pasado domingo, día 7, por la noche. Esto es lo que nunca debe hacerse en una negociación de este calibre. Cuando ya tienes un preacuerdo establecido no puedes introducir nuevos elementos...

P. ¿Sobre el tema de los pagos y los desembolsos ya se había alcanzado un pacto?

R. Teníamos perfilado, según he dicho, un acuerdo general.

P. ¿También sobre los ritmos de desembolsos?

R. Así es. Supongo que los ejecutivos del Fondo deben haber rediscutido el tema el domingo por la tarde y a continuación se comunicaron con nosotros.

P. ¿Pero qué supone este cambio en los desembolsos?

R. No voy a avanzar demasiado en esto. Estamos negociando. Pero le digo que éste es uno de los puntos... Esto estaba prácticamente cerrado el sábado por la noche y el domingo sobreviene este cambio importante. Colofón: estamos en medio de una cierta impas

se.

P. ¿Podría explicar a qué se refiere todo este tema de los pagos y desembolsos?

R. A las relaciones financieras entre Argentina y el FMI. Nuestro país tiene que hacer una cantidad de pagos y simultáneamente recibe desembolsos del FMI. Estas dos variables, insisto, tenían un calendario de pagos preacordado y el domingo nos presentaron uno diferente.

P. ¿Los Gobiernos han defendido las exigencias de las empresas inversoras de sus respectivos países? Por ejemplo, en los temas de tarifas de servicios públicos y compensaciones a los bancos.

R. Mire, la versión del preacuerdo del día sábado es que esos temas no constituían un escollo tan grave.

P. Por tanto, ¿no se hablaba ni del tema de las tarifas ni las compensaciones a los bancos?

R. Como dijo el presidente Kirchner, eso es una decisión del Gobierno argentino. El presidente lo explicó en España en julio pasado con toda claridad. El Gobierno argentino está dispuesto a adoptar las medidas convenientes sin mezclar lo que son temas propios de negociaciones sobre la lógica de una política económica, como son metas y objetivos macroeconómicos, con asuntos de carácter sectorial.

P

. No parece, pues, que las empresas hayan sacado partido en estas negociaciones.

R. Quizá comprendieron que es que es de su interés afianzar el proceso de crecimiento económico, mejoramiento social y estabilidad política que existe hoy en el país. Si se trata de inversores en servicios públicos privatizados, de largo plazo, se debe mirar con un horizonte muy amplio en el que se combina los intereses particulares con el crecimiento.

P. En Madrid todavía se recuerdan las duras palabras del presidente Kirchner, en una reunión con los empresarios españoles, cuando el titular de la patronal, José María Cuevas, dijo que los puso a parir...

R. La reunión tuvo lugar cuando, el día previo, uno de los canales locales de televisión vinculado a intereses de las empresas privatizadas manifestó una posición editorial agresiva. Eso influyó. Se interpretó como una presión indebida.

P. ¿Las empresas, por tanto, no tienen que esperar nada de estas negociaciones?

R. Hay que dejar que duerman tranquilos los empresarios. Los últimos 18 meses hemos ido resolviendo problemas progresivamente. No digo que todos hayan desaparecido. Quedan por definir los contratos de mediano plazo. Respecto al 2002 hay una mejora sustancial. Las empresas están en una situación más holgada. En aquel año todavía debían recurrir cada mes a los fondos de sus casas matrices. Ahora es al revés. Los fondos excedentes se empiezan a aplicar al pago de la deuda.

Roberto Lavagna, ministro de Economía de Argentina.
Roberto Lavagna, ministro de Economía de Argentina.RICARDO GUTIÉRREZ

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