_
_
_
_
_
LA POSGUERRA DE IRAK

Bush pide más dinero al Congreso y declara Irak el mayor frente de lucha antiterrorista

La Casa Blanca quiere el doble del dinero calculado para la ocupación y reconstrucción de Irak

"Haremos lo que haga falta hacer y gastaremos lo que sea necesario gastar para lograr esta victoria esencial en la guerra contra el terror". Un presidente Bush mucho más serio que el que proclamó "¡misión cumplida!" el pasado 1 de mayo en la cubierta del portaaviones Lincoln se dirigió en la madrugada de ayer (hora peninsular española) a sus conciudadanos para justificar la petición de otros 87.000 millones de dólares -además de los 79.000 aprobados por el Congreso en abril-, destinados a los costes militares de la ocupación de Irak y a las necesidades de la reconstrucción civil del país.

Más información
España condonará parte de la deuda a los países centroamericanos con tropas en Irak
Kofi Annan convoca a los cinco grandes de la ONU
El Reino Unido envía 1.200 soldados adicionales a Irak
"Parece que los españoles entienden la religión islámica"
Las milicias chiíes rechazan su desarme y negocian su papel como fuerzas de seguridad
Annan propone una profunda reforma de la ONU tras la crisis de Irak

Días antes del segundo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, Bush afirmó que Irak es "el frente central" en la guerra contra el terrorismo.

El dinero solicitado se gastará a partir del 1 de octubre, cuando empieza el año fiscal. Bush no concretó la petición, pero de la suma total, la mayor parte, 66.000 millones, es para los gastos militares del despliegue de 130.000 soldados en Irak y para las operaciones en Afganistán. Otros 20.000 millones se destinarán a la reconstrucción. Los números que impone la dura realidad que los errores o la ingenuidad velaron caen como una losa: aun siendo un ejercicio inútil -por las enormes diferencias en todos los sentidos- comparar los gastos militares de ahora con los de la guerra del Golfo de 1991, es inevitable recordar que aquel conflicto costó, en dólares actuales, 82.500 millones, de los que EE UU pagó solamente 9.000 millones. La suma de lo aprobado en abril por el Congreso -79.000 millones para los gastos no previstos en el presupuesto que acaba el 30 de septiembre- y lo solicitado ahora duplica los cálculos que se hacían hace seis meses. El déficit presupuestario, que ya se prevé de 475.000 millones para 2004, aumentará a 562.000, acercándose al límite autoimpuesto por la Casa Blanca, que se establece en el 5% -unos 600.000 millones de dólares- del PIB.

Según Bush, hay tres objetivos en la estrategia de EE UU con relación a Irak: "Destruir a los terroristas, conseguir el apoyo de otros países a favor de un Irak libre y ayudar a los iraquíes a asumir las responsabilidades de su propia defensa y de su propio futuro".

En cuanto al segundo, Bush reiteró que los 130.000 soldados estadounidenses son suficientes, pero que sería necesario ampliar los 20.000 que hay de otros países (la mitad, británicos). ¿Cómo? "Con una nueva resolución de la ONU que cree una fuerza multinacional en Irak dirigida por un estadounidense". A pesar de las primeras reacciones de Francia y Alemania, Bush pidió apoyo con una levísima nota autocrítica: "Reconozco que no todos nuestros amigos estuvieron de acuerdo con nuestras decisiones de aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad y echar a Sadam del poder. Pero no podemos dejar que las antiguas discrepancias interfieran con las actuales obligaciones".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

A pesar de que la popularidad del presidente se resiente de los efectos de la esquiva recuperación económica y del mal manejo de la posguerra iraquí y se coloca en el 52% (frente al 63% de mayo), por el momento Bush sabe que siete de cada diez norteamericanos creen que, de una u otra forma, Sadam Husein tuvo que ver con el 11-S. Mientras exista este respaldo, la Casa Blanca podrá declarar la cuestión iraquí "frente central" antiterrorista, sobre todo porque la piedra angular de su razonamiento es que es preferible librar esa batalla lejos de casa: "Estamos combatiendo en Irak y en Afganistán hoy para no tener que volver a encontrarlos en nuestras propias calles, en nuestras propias ciudades".

Respaldo en el Congreso

Las reacciones de los congresistas fueron de preocupación por el aumento del gasto, pero en general de respaldo, incluso entre los demócratas. Según el senador Joseph Biden, "no tenemos otra alternativa; debemos mantener nuestro compromiso en Irak. Apoyaremos el gasto". Voces en otro momento críticas, como las del senador republicano John McCain, asumen la petición: "Es la guerra de EE UU. Nosotros la empezamos; nuestra responsabilidad es acabarla".

Sin embargo, algunos de los candidatos demócratas no dejaron pasar la oportunidad. Para Howard Dean, "un discurso de 15 minutos no puede enmendar 15 meses de mensajes equívocos sobre las razones de la guerra o 15 semanas de mal manejo de la reconstrucción".

Otro de los aspirantes a la presidencia, Dick Gephardt, que apoyó la guerra sin reservas, dijo: "Ahora que el presidente ha reconocido que ha ido por el camino equivocado, podemos conseguir el compromiso de nuestros aliados y compartir la carga de construir una democracia estable".

George Bush, durante su discurso desde la Casa Blanca.
George Bush, durante su discurso desde la Casa Blanca.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_