Los vecinos se sienten "ciudadanos de tercera" tras varios años con malos olores

Los vecinos de esta zona de Retuerto, el barrio de Zubitxueta, mostraban ayer su impotencia después de varios años de sufrir periódicamente malos olores procedentes del río Castaños. Los picores en los ojos y las molestias en la garganta se han convertido en episodios habituales en este lugar. "Se produce cada dos o tres meses. No es que sea de morirse, pero no se puede respirar y te sientes mal', afirmaba la presidenta de la Asociación de Vecinos de Retuerto, Mercedes Hernando.

El olor a disolvente es ampliamente conocido por los vecinos, que el lunes apenas tenían dudas sobre la procedencia de la contaminación. "Nos reunimos hace cuatro años [con la empresa Plastificantes de Lutxana] y se comprometieron a que esto no iba a volver a pasar", se quejó Hernando. "Este río es una cloaca", añadió, "y si lo tienen que arreglar, que lo arreglen. Si se tienen que gastar dinero, que se lo gasten, porque para eso pagamos impuestos".

La portavoz vecinal censuró que les tratan como "ciudadanos de tercera", pese a que son de "primera, porque pagamos nuestros impuestos y tenemos nuestros derechos".

Los vecinos más afectados -tres mujeres tuvieron que ser hospitalizadas en Cruces al sufrir problemas respiratorios por el vertido- se recuperaban ayer del nuevo susto.

Esther Iglesias, quien el domingo había regresado de vacaciones, sintió entonces un ligero dolor de cabeza y durmió con las ventas abiertas. Pero el lunes las molestias aumentaron y, al hablar con sus convecinos, comprobó que los síntomas del vertido se iniciaron el viernes. "Nadie me daba una solución y se pasaban la pelota unos a otros", dijo, criticando la dejadez del Ayuntamiento.

Finalmente fue la Ertzaintza la que le ayudó. "Se quedaron alarmados al venir a los pisos y llamaron a las ambulancias".

Cristina Crespo, otra de las afectadas, afirma que llegó a peder la voz "por la irritación en la garganta. Estamos hartos y cansados por los olores".