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Reportaje:

Marte en el balcón

El planeta rojo y la Tierra alcanzan su mayor proximidad desde hace 60.000 años

Marte estuvo ayer a las 11.51 (hora peninsular española) más cerca de la Tierra que en los últimos 60.000 años. La distancia entre ambos planetas fue de 55,76 millones de kilómetros. Todo este año, en especial durante el verano, el planeta rojo se ha convertido en el cuerpo celeste más brillante. Venus, su lógico rival en resplandor, no se observa estos días porque se encuentra al otro lado del Sol, mientras que Marte y la Tierra coinciden en el mismo. El planeta aparece a nuestra vista, mirando en dirección sureste, como una bombilla anaranjada.

Algunos astrónomos calculan que habrá que esperar hasta 2287 para que Marte y la Tierra vuelvan a encontrarse a una distancia similar. En cambio, otros científicos afirman que esa cercanía no se producirá hasta dentro de 23.000 años. Marte y la Tierra se hallan en oposición (la Tierra entre Marte y el Sol) una vez cada 780 días. Por las características de sus órbitas -ligeramente excéntricas e inclinadas, y lentamente deformadas por la acción de los demás planetas- sólo cada 32, 47, 79, 284 y 353 años ambos planetas están a distancias clasificadas como mínimas por los astrónomos.

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A simple vista el brillo de Marte es estos días de una intensidad insólita. Si se recurre a un telescopio no muy complejo puede advertirse el polo sur de Marte, en cuyo casquete se va derritiendo, como corresponde al verano marciano, el dióxido de carbono congelado; en cambio, el norte está cubierto de nubes invernales.

Marte siempre ha ejercido una irresistible atracción para la humanidad. Las circunstancias de este año han permitido a los aficionados a la astronomía acercarse a uno de sus grandes mitos. "Desde un punto de vista científico, la cercanía de Marte no nos aporta mucho, pero es un momento histórico para la astrofísica desde el punto de vista popular", dice Mark Kidger, del Instituto de Astrofísica de Canarias.

En cualquier caso, el sueño marciano de la astronáutica es más fuerte que nunca, gracias a los datos obtenidos por los satélites estadounidenses Mars Global Surveyor y Mars Odyssey y por el telescopio espacial Hubble. Actualmente hay cuatro naves que se dirigen al planeta rojo, con el destacado objetivo de buscar agua bajo la superficie.

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