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La nueva cocina en casa | GENTE
Columna
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Los congelados

Hablar de los congelados en gastronomía es casi un tema tabú, ya que no se entiende la alta cocina con productos que no sean frescos. Ahora bien, una cosa es lo que pensamos y otra la realidad. Y la realidad es que hay un consumo increíble de congelados en casa. En este sentido, no hay que olvidar que la mayoría de la gente tiene muy en cuenta el precio y no puede gastar cada día lo que vale un kilo de cigalas frescas. Al hablar de los productos congelados, volvemos a lo de siempre: lo que importa es la calidad, y dentro de los congelados hay distintas calidades. Por otra parte, hay productos que soportan mejor que otros la congelación. Por ejemplo, no son lo mismo los guisantes o las habitas, que los hay de cierta calidad, que los espárragos. También es verdad que a veces no comprendo por qué compramos verduras congeladas, siendo como son un producto asequible que podemos comprar a diario. Del mismo modo que no compramos ni ensaladas ni tomates congelados, tenemos que acostumbrarnos a comprar todas las verduras frescas. En referencia al pescado, tres cuartos de lo mismo. Hay calamares y langostinos congelados de cierta calidad, pero no pasa lo mismo con algunos moluscos, como lo mejillones, que podemos encontrar frescos y a buen precio. En cuanto a la carne, no soy nada partidario de los congelados. En cambio, un futuro que se anuncia muy importante son las elaboraciones congeladas: salsas, sopas, zumos... Sí, también los zumos. Los mejores zumos que yo he probado, fuera de los naturales, son los congelados, pero seguramente tendrán que pasar unos años para que el mercado acepte antes un zumo congelado que uno embotellado. El primero, sin embargo, conserva todas sus características, mientras que el segundo, debido al medio de conservación, pierde bastante. Al final, en el tema de los congelados, el bolsillo y la lógica son fundamentales, pero no hay que olvidar que hay productos frescos extraordinarios a un precio asequible. Por otra parte, no hay que acostumbrarse a comprar congelados o, algo aún peor, a comprar fresco y congelarlo uno mismo.

No hay que acostumbrarse a comprar congelados o, algo aún peor, a comprar fresco y congelarlo

- MENÚ DE DOS EUROS. Nos acercamos a fin de mes y el presupuesto se tiene que ir ajustando. Si a principios de mes dedicamos un espacio al menú de tres euros, ahora ya tenemos que apostar por el de dos. Para hacer este menú se tiene que dar una circunstancia, y es que haya sobrado una parte del guiso del día anterior. Muchas veces no sabemos qué hacer con los restos de un conejo, un pollo o un pescado guisado. La solución es fácil: añádale arroz y agua y tendrá un arroz delicioso. De primero, optaremos por un huevo frito, pero un huevo frito especial que podemos hacer de dos maneras. La primera consiste en freír por un lado la clara del huevo, de modo que quede muy crujiente, y por el otro un huevo entero, de modo que la yema quede poco hecha. Retire la clara de este último huevo y coloque la yema encima de la clara sola. Otra opción que me llegó vía e-mail es la de gastar sólo un huevo. Se fríe la clara igual, pero se coloca la yema cruda encima de la misma. De postre, una ensalada de naranja sazonada con sal y aceite de oliva. Creo que le ha sobrado algo del presupuesto de hoy para mañana.

- AGUACATE. Yo soy un fan del aguacate, seguramente por su textura única. Coman mentalmente todas las verduras y frutas que conocen y es muy probable que no recuerden una textura parecida. Con aguacates se puede hacer un guacamole en la mesa. Introduzca en un mortero aguacate pelado y con la mano del mortero lo va triturando. Añada cilantro, daditos de tomate y de cebolla, un poquito de aceite y acábelo a su gusto. Es una buena opción para cuando tenga invitados. Una bebida de aguacate es un recurso fantástico para el verano. Bata en una batidora trozos de aguacate con agua y yogur hasta obtener una textura bebible. Otra posibilidad, sencilla, pero que requiere un poco más de práctica, es la de pelar un aguacate y con un pelador ir sacando virutas del fruto (porque es un fruto, pero este tema daría para otro artículo: ¿qué es un fruto y qué es una verdura?) y servirlas con una ensalada de langostinos hervidos y pelados y, si no llega el presupuesto, con una ensalada de tomate. (Con la colaboración de Xavier Moret).

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