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LA POSGUERRA DE IRAK | La investigación en el Reino Unido

El Gobierno británico trató de silenciar a Kelly días antes de acudir al Parlamento

El Ejecutivo de Blair temía que el científico criticara el informe sobre las armas de Irak

Nuevos detalles de la presión que el Gobierno británico ejerció sobre el científico David Kelly al identificarlo como una posible fuente de la BBC surgieron ayer en la séptima jornada de la investigación judicial en torno a la muerte del experto en armas biológicas. Documentos presentados ayer al juez Brian Hutton desvelan que el científico fue advertido en "duros" términos de que evitara expresar su opinión sobre el informe oficial sobre arsenal de destrucción masiva de Irak en su comparecencia ante dos comités parlamentarios.

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La Secretaría de Inteligencia del Ministerio británico de Defensa puso especial atención para impedir que David Kelly, el científico que aparentemente se quitó la vida al verse en el centro de un imparable disputa entre Downing Street y la BBC, pusiera en un nuevo aprieto a Tony Blair. El primer ministro exigió que "se hiciera algo" para solucionar el dilema surgido por la confesión voluntaria del experto en armas. El 30 de junio, Kelly informó a sus superiores en Defensa que había mantenido una conversación con Andrew Gilligan previa a la emisión radiofónica del crítico reportaje del periodista de la BBC. El experto reiteró, sin embargo, que las acusaciones de Gilligan no reflejaban el contenido de la entrevista.

Kevin Tebbitt, número dos del Ministerio de Defensa, declaró ayer al juez que Blair estaba al corriente del riesgo que implicaba someter a Kelly al escrutinio de los comités parlamentarios de Asuntos Exteriores y Defensa y Seguridad. "Si le convocan a prestar declaración, parte de su testimonio puede resultar incómodo en [puntos] específicos, como la posibilidad de que existan sistemas de armamento preparados para ser utilizados en un plazo de 45 minutos", informó Tebbitt en una reunión en la oficina del primer ministro la primera semana de julio.

Sobre la inclusión del plazo de 45 minutos en el informe de armas iraquíes se centra el núcleo de las alegaciones de Gilligan. En su reportaje para la BBC y un posterior artículo en la prensa, el corresponsal de Defensa de la radiotelevisión pública británica acusó a Downing Street de "transformar" el informe en contra de la opinión de los servicios de inteligencia para hacer "más atractivo" su contenido.

En contra del consejo de Tebbitt, Blair respaldó la decisión de su ministro en Defensa, Geoff Hoon, de hacer comparecer a Kelly ante los comités parlamentarios. Antes, sin embargo, pidió que se prestara ayuda al científico en la preparación de ambos interrogatorios. En esta fase de la crisis entró en acción la Secretaría de Inteligencia de Defensa.

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Un documento desvelado ayer confirma que el número dos de la Secretaría de Inteligencia, Martin Howard, iba a someter a Kelly a un interrogatoria en vísperas a su doble comparencia parlamentaria, los días 15 y 16 de julio. "Se recomendará duramente a Kelly que se prive de expresar su valoración del informe", se lee en el correspondencia privada entre distintos departamentos gubernamentales, incluida la oficina del gabinete. El mismo escrito advierte de que "Kelly está aparentemente sintiendo la presión, y no parece que lo lleva bien". El cadáver del científico se descubrió dos días después del escrutinio, tan agresivo como público, del Comité de Asuntos Exteriores.

El ministro Hoon, quien aún debe comparecer ante el juez Hutton, se ve una vez más en una situación incómoda. La investigación ha desvelado que de él surgió la iniciativa de identificar a Kelly como fuente de la BBC en una estrategia a dos fases que Alastair Campbell, el todopoderoso director de comunicación de Blair, criticó anteayer en la sala 73 del Alto Tribunal de Justicia, con sede en Londres. Campbell hubiera preferido un método más claro y directo, pero, según se justificó ante al juez, no argumentó su caso "con robustez porque el primer ministro me pidió que me mantuviera a distancia". La mano derecha y pública de Blair pasaba así la antorcha de culpabilidad al ministro de Defensa.

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