Detectada radiactividad en 200.000 kilos de chatarra almacenada en Gijón
La alarma se disparó al salir un camión con carga contaminada hacia una acería
Entre 150.000 y 200.000 kilos de chatarra almacenados en la empresa Daniel González Riestra, de Gijón (Asturias), están contaminados por un isótopo radiactivo, posiblemente cesio 137, en niveles que superan los límites que admite el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). La radiación fue detectada por un arco de seguridad al salir un camión de las instalaciones con carga de chatarra triturada y, probablemente, contaminada una hora antes. El número de trabajadores afectados y la cantidad de radiación que ha absorbido cada uno de ellos se desconocía anoche.
La fuente radiactiva no ha sido identificada todavía. Dos inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) partieron ayer a mediodía hacia el almacén de chatarra gijonés para tratar de localizarla. La primera impresión es que se trata de un aparato de los utilizados en la medición de densitometrías -calidad de espesores- que se utilizan en la industria y en las obras públicas, en la compactación de firmes.
El CSN sospecha que el aparato lleva depositado aproximadamente un año en la chatarrería. De haber llegado más tarde habría sido detectado por el pórtico de identificación de fuentes radiactivas colocado hace ocho meses en aplicación de un acuerdo firmado por las empresas que manejan chatarra y aceros con el CSN. El protocolo para la colocación de estos pórticos fue largamente negociado, después de detectarse en Italia una nube radiactiva procedente de los hornos de Acerinox en su factoría de Los Barrios (Cádiz), en mayo de 1998. La acerería había fundido una fuente radiactiva sin que fuera detectada por todos los controles de seguridad españoles.
En esta ocasión el pórtico de detección ha descubierto la radiactividad al paso del camión que sacaba de la factoría chatarra triturada con destino a una fundición. Según un portavoz del CSN, el instrumento que contenía el material radiactivo se rompió al ser triturado y el isótopo radiactivo se ha mezclado con la chatarra.
Al producirse la alerta radiactiva, técnicos de protección radiológica de la empresa Proinsa visitaron las instalaciones de González Riestra y constataron la existencia de entre 150.000 y 200.000 kilos de chatarra triturada con unos niveles de radiación que se sitúan entre los 50 y los 400 microsievert por hora. El máximo de radiactividad que una persona puede recibir son entre 20.000 y 50.000 microsievert por año, según los límites establecidos por la UE.
Los técnicos también detectaron altos niveles de radiactividad en un contenedor de chatarra situado al final de un conducto de una de las salidas de la trituradora y en el contenedor de agua utilizada para filtrar el polvo aspirado.
Lonas de aislamiento
Mientras los inspectores analizan el incidente, el CSN ha recomendado que todo el material contaminado quede inmovilizado y se cubra con una lona impermeable para que no le afecte ni la lluvia ni el viento y no se extienda la contaminación. Con posterioridad se confinará y pasará a control de Enresa, la compañía pública que se hace cargo de los residuos radiactivos. Los de media y baja intensidad, como éstos, se almacenan en las instalaciones de El Cabril, en Córdoba.
La empresa González Riestra está ubicada en la parroquia de San Andrés de los Tacones, junto a la acería Arcelor. En los últimos años, informa Efe, se ha convertido en una de las más modernas de España. Cuenta con una planta de reciclaje y una fragmentadora de automóviles. Ocupa 35.000 metros cuadrados y dispone de autorización, otorgada por la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, para el tratamiento, almacenaje y recuperación de baterías usadas y de chatarra metálica.
La semana pasada la empresa vizcaína Nervacero, ubicada en Trápaga, detectó radiactividad en la chatarra de un camión con carga procedente de Asturias.
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