Asturias denuncia al Ayuntamiento de Oviedo por no acatar las medidas contra la legionela

El Gobierno de Asturias, integrado por PSOE e IU, denunció ayer en comisaría al Ayuntamiento de Oviedo, del PP, por negarse a acatar la orden de la Consejería de Salud que le obliga a clausurar las fuentes ornamentales de la ciudad hasta tanto no se determine el origen de los dos brotes de legionela declarados en la capital asturiana. El Ejecutivo regional ha notificado los hechos a su vez a la delegada del Gobierno central en Asturias para que obligue al Consistorio a acatar una orden que, según el Principado, es "una resolución ejecutiva, dictada por la autoridad sanitaria" y de "obligado cumplimiento".

Los dos brotes de legionela -el primero en la zona alta de la ciudad y el otro en el extremo contrario, en la parte baja- han supuesto la hospitalización de 15 personas desde el 1 de julio, de las que cinco continúan ingresadas. El Ayuntamiento ovetense había denunciado a su vez en el juzgado, el pasado día 16, a las autoridades sanitarias autonómicas por supuesta negligencia.

El Gobierno asturiano ordenó la clausura de las fuentes ornamentales de Oviedo tras la aparición del segundo brote de legionela y tras haberse detectado, durante las inspecciones del último mes, la presencia de la bacteria Legionella pneumophila en varias torres de refrigeración -pertenecientes al Hospital Central de Asturias, un hotel, un bingo y la Fábrica de Armas de Oviedo- y en una de las fuentes, sin que hasta el momento (y hasta tanto no se tengan los resultados de los análisis de las muestras) se haya podido determinar si alguno de estos focos pudieron ser los causantes de la enfermedad.

Paralización cautelar

Antes de presentar la denuncia en comisaría, la Consejería de Salud había interpuesto el sábado por la noche ante la Delegación del Gobierno la petición de amparo para exigir la clausura de las fuentes, según indicaron en la consejería. Este departamento acusaba al Ayuntamiento de no haber acatado la orden de paralización cautelar de todas las fuentes de la ciudad, dictada por el Principado, y de no haber remitido a las autoridades sanitarias certificados de desinfección de esos equipamientos, su libro de registro y el programa de mantenimiento de las instalaciones, como le fue exigido en cumplimento de un decreto que entró en vigor el día 19, tras el primer brote.

El Principado asegura que el Ayuntamiento ovetense "se ha declarado en estado de rebeldía", al negarse a acatar una resolución de obligado cumplimiento, sin perjuicio de su derecho a plantear un posterior recurso contra la orden.

El Ayuntamiento de Oviedo, gobernado por el PP, asegura que el Principado trata de desviar la responsabilidad de la legionela a instalaciones municipales, y le acusa de actuación "inmoral" y de ejercer una "autoridad arbitraria". El Consistorio asegura que "todas las fuentes están perfectamente limpias, desinfectadas y tratadas" y "no revisten ningún tipo de riesgo para la salud".