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Apoyo mayoritario a la investigación con embriones humanos

Los españoles se sitúan entre los europeos más favorables a estas prácticas científicas

Los españoles aprueban mayoritariamente la investigación con células madre procedentes de los embriones sobrantes de los procesos de fecundación asistida, según un informe sobre biotecnología que la Fundación BBVA presentó ayer. El apoyo aumenta cuando los ensayos se plantean directamente para la solución de enfermedades concretas, como el Parkinson, el Alzheimer o la diabetes. En cambio se rechaza la creación de embriones para investigar.

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El estudio de la Fundación BBVA fue dirigido por el sociólogo Rafael Pardo, y permite comparar la opinión de los cinco mayores países de la UE (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España) con otros cuatro significativos por sus posiciones extremas (Dinamarca y Holanda entre los más proclives y Austria y Polonia entre los reacios). La posición de España es, curiosamente, la más abierta entre los países de tradición católica, señaló Pardo.

La investigación con células madre embrionarias -lo que implica la destrucción de los embriones- es "apoyada, aunque sin gran entusiasmo" en la mayoría de Europa, indicó el sociólogo. Sólo polacos y austriacos rechazan esta posibilidad (ver gráfico). Esta opinión queda, sin embargo, matizada por la falta de conocimientos, y la elevada proporción de encuestados (alrededor del 20%) que no quisieron opinar.

El trabajo, realizado mediante cuestionarios a 1.500 habitantes de cada país, tiene un margen de error del 2,58%. Los resultados se han hecho públicos la semana siguiente a la presentación por el Ministerio de Sanidad de su proyecto de modificación de la ley de reproducción humana asistida con el fin de permitir el uso científico de los embriones sobrantes, pero el trabajo de campo se efectuó en febrero, antes de conocerse el texto legal.

La cuestión del trabajo con embriones tiene un fuerte componente moral, por lo que se preguntó a los encuestados por sus creencias y la consideración que tenían acerca del embrión (si era un ser humano pleno no) y el momento del comienzo de la vida. Las respuestas demuestran que la religión es un condicionante fundamental.

En España, por ejemplo, es significativo que el porcentaje de católicos (la religión mayoritaria) que afirman que un embrión tiene la misma consideración moral que un ser humano (el 33,5%) es muy parecido al de no creyentes que opinan que se trata de un simple conjunto de células (el 35,4%). Situaciones similares se dan en Italia (40,2% frente al 33%), Francia (35,6% contra el 32,1%) y, en menor medida, Holanda. En Alemania y Austria, quizá debido al recuerdo de la época nazi, el rechazo a manipular embriones es mayoritario.

El estudio también recoge dos coincidencias entre los países europeos. El primero, sobre la necesidad de elaborar una legislación común sobre la investigación con embriones (sólo Polonia y Reino Unido se oponen). El segundo, sobre su apoyo a las técnicas de diagnóstico preimplantacional para saber, antes de transferir un embrión a la madre, si es portador de alguna anomalía genética y decidir así si se utiliza o se elimina. El rechazo a la selección del sexo del futuro bebé es unánime.

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