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Rajoy llama a toda la sociedad para que muestre su oposición al plan de Ibarretxe

Zapatero acepta un frente común con el Gobierno, pero exige "respeto" hacia el PSOE

El Gobierno, a través de su portavoz, el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, hizo ayer un llamamiento a todos los sectores de la sociedad "con un mínimo de sentido común" para que muestren su oposición al proyecto soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe. Rajoy eludió cualquier comentario sobre posibles medidas legales ante el proyecto que presentará el Gobierno vasco en el Parlamento de Vitoria el próximo otoño e incluso negó que se haya encargado ningún estudio jurídico. Lo importante, insistió, es la repulsa social.

"Lo importante es que seamos capaces de enfrentarnos a ese proyecto, de pararlo"
"Gobierno y PSOE deben tener una opinión igual, ni siquiera similar"
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En la rueda de prensa para informar del Consejo de Ministros, Rajoy respondió varias preguntas sobre el llamado plan Ibarretxe, que descalificó en términos rotundos y sin la menor concesión ni matiz: "Es un proyecto de ruptura y de segregación, no de convivencia".

Para el vicepresidente primero del Gobierno, se trata de algo "incompatible con el modelo constitucional, una iniciativa de aislamiento incompatible con la Unión Europea y un factor muy grave de desestabilización económica".

Después de desgranar un rosario de descalificaciones, Rajoy se mostró seguro de que su opinión "la comparte en su totalidad el partido socialista" y anunció que, tras filtrarse a la prensa el proyecto de Ibarretxe, "ya se ha producido alguna reunión a alto nivel para tratar de este tema" con representantes socialistas.

Preguntado cuándo y quiénes se habían reunido, el vicepresidente del Gobierno se refugió en un "no voy a dar más detalles", y al insistirle en si esa discrección significa que la situación "es muy grave", Rajoy negó que el procedimiento tuviese nada que ver con el fondo del asunto.

Antes de la rueda de prensa, fuentes socialistas y del propio Gobierno habían confirmado que el jueves mantuvieron una reunión Alfredo Pérez Rubalcaba, representante del PSOE en el Pacto Antiterrorista, y Javier Zarzalejos, secretario general de la Presidencia del Gobierno.

Después de mostrar su seguridad sobre el acuerdo con los socialistas en este terreno, Rajoy introdujo un matiz político de amplio calado. No se limitó decir que confiaba en que el acuerdo se mantendrá "en el futuro", sino que a continuación añadió que el Gobierno y el principal partido de la oposición deben "tener una opinión igual; ni siquiera similar", con lo que formuló una auténtica exigencia de identidad de posiciones.

Ayer mismo, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, respondió a Rajoy desde León sobre la petición del PP de hacer un frente común entre ambos partidos contra el plan de Ibarretxe. Zapatero dijo que el Gobierno sabe que cuenta con la colaboración del PSOE para reforzar la cohesión territorial, pero advirtió que debe tener "respeto" a los socialistas "si de verdad quiere sumar, que es imprescindible" y apuntó que el PP "debería reflexionar frente a actos y acusaciones" que lanza al PSOE, "que es garante de la cohesión de España". Zapatero reiteró que va "a demandar respeto al PP" y se mostró abierto al diálogo requerido por Rajoy.

Sobre el Plan Ibarretxe, Zapatero dijo: "No lo aceptamos, discrepamos, no lo apoyamos y lo vamos a combatir". "Ibarretxe debería tener un solo plan, acabar con ETA y defender a los que tienen amenazada su libertad en Euskadi".

Sobre el atentado perpetrado ayer en Estella (Navarra), Zapatero reiteró su condena radical a los actos terroristas, insistió en que nadie va a conseguir nada en España con la violencia y se mostró convencido de que antes o después se acabará con el terrorismo de ETA.

"Pedir reflexión"

Durante la rueda de prensa para informar de los acuerdos del Consejo de Ministros, Rajoy tuvo que contestar varias preguntas sobre la posible reacción del Gobierno ante el plan de Ibarretxe y, concretamente, sobre medidas jurídicas, incluida la previsión del artículo 155 de la Constitución, que faculta al Gobierno a obligar al "cumplimiento forzoso" de aquella norma.

Rajoy repitió que no es esto lo importante ni se ha pedido ningún estudio jurídico. "No se trata de hacer declaraciones grandilocuentes, no se trata de pedir informes jurídicos; hay que pedir reflexión a todos sobre este asunto".

Lo esencial, explicó, es que todo los estamentos sociales, como ya hicieron en su día los empresarios vascos y otros colectivos, muestren al lehendakari su rechazo al proyecto. "Lo importante es que seamos capaces de enfrentarnos a ese proyecto, de pararlo", dijo el vicepresidente y portavoz del Gobierno.

Sin embargo, Rajoy se mostró tajante con esta advertencia: "Tengan la seguridad de que el Gobierno tiene muy claras sus obligaciones, igual que la inmensa mayoría de los partidos políticos y de los ciudadanos".

Inmediatamente antes había introducido una sutil advertencia, aunque en tono críptico. Rajoy explicó que la Constitución y el Estatuto de autonomía supusieron un delicado proceso de acuerdos y consenso entre todos los partidos, por lo que si alguien ahora toma decisiones de forma unilateral, otros "podrían tomar otro tipo de decisiones unilaterales con igual legitimación".

El vicepresidente y portavoz del Gobierno aseguró que "Ibarretxe y los partidos de su Gobierno tienen que dar muchas explicaciones" sobre este proyecto y reprochó al lehendakari que el pasado miércoles se reuniera con representantes de la ilegalizada Batasuna, de la que recordó que ha sido incluida en la lista de organizaciones terroristas por la Unión Europea.

Rajoy aseguró que no ha habido contactos con el Gobierno francés "sobre este proyecto", aunque dijo que le consta que "la posición" del Ejecutivo del país vecino "en este tema es coincidente con la del español".

En definitiva, el Gobierno interpreta que el proyecto, de Ibarretxe "es sólo de un partido, para una parte de la población", y en consecuencia, un riesgo para la convivencia.

Mariano Rajoy, durante la conferencia de prensa de ayer.
Mariano Rajoy, durante la conferencia de prensa de ayer.ULY MARTÍN

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