Kirchner espera ganarse a Bush para renegociar el acuerdo con el FMI
España vuelve a hacer de puente entre Argentina y los organismos como en 2002
El presidente argentino, Néstor Kirchner, abandonó Madrid el pasado jueves, día 17 de julio, sabiendo que el presidente estadounidense, George W. Bush, le recibirá el próximo miércoles, día 23 de julio, en la Casa Blanca. El presidente argentino, que contó con la mediación de José María Aznar para su cita, espera lograr el apoyo de Bush en la negociación que debe cerrar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en agosto.
Kirchner, según fuentes que mantuvieron contactos con el presidente argentino antes de abandonar Madrid, estaba eufórico. Por dos cosas: una, por la disposición de Aznar, quien tras saber que Kirchner tenía necesidad de anticipar su agenda con Bush de septiembre a estos días, no vaciló en coger el teléfono rojo y pedir una comunicación con Bush; y dos, por haber obtenido la entrevista. Argentina negocia estos días un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y esta vez, a diferencia del que pactó en enero pasado, se espera que sea por tres años.
El Gobierno de Aznar echó una nueva mano a Argentina, en línea con la actitud que ya adoptó en el verano de 2002, al apoyar el acuerdo del FMI con el Gobierno brasileño de Fernando Henrique Cardoso, antes de las elecciones presidenciales de octubre de aquel año y por la histeria de los mercados ante la previsible elección de Lula da Silva.
En una reciente entrevista con EL PAÍS, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, evocó la situación planteada en 2001 y 2003. "Había un desencanto con el proceso argentino muy grande y eso producía cierta incomunicación con las autoridades financieras internacionales. Desde el verano de 2001 hasta diciembre de 2002 la desconfianza fue mayor. Muchas razones explicaban esa situación. Siempre pensamos junto con otras personas, como el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, por ejemplo, que dentro de las exigencias que se pedían a Argentina tenía que haber también otras actitudes".
Según Rato, "en el verano de 2002 las cosas cambian primero con Brasil". "Nosotros damos nuestra posición muy favorable. Y después, el cambio llega a Argentina con el acuerdo, a primeros de enero de 2003, que apoyamos mucho dentro y fuera de la UE".
En línea con esa actitud, Aznar logró el jueves 17 de julio que Bush reciba en un abrir y cerrar de ojos a Kirchner, que tenía en agenda esa reunión para el mes de septiembre
Fuentes bancarias dijeron que la actitud de Bush será relevante en un momento decisivo: el equipo del ministro de Hacienda, Roberto Lavagna, negocia con el FMI un nuevo acuerdo, esta vez más estable, quizá a tres años, para despejar la situación financiera argentina.
Acuerdo decisivo
Un nuevo acuerdo con el FMI es decisivo para comenzar a abordar otro gran tema hasta ahora congelado desde que el Gobierno argentino declaró la moratoria: la deuda con los inversores y con las entidades privadas internacionales.
A finales de este año, los créditos impagados más intereses ascenderán a 76.700 millones de dólares, cifra a la que se debe añadir, para finales de 2003, una deuda de créditos vivos de 95.800 millones de dólares.
El presidente argentino dijo a los empresarios españoles en su desayuno, el pasado jueves 17, que él sólo piensa firmar aquello que puede cumplir. En román paladino: ante las próximas elecciones a gobernadores en varias provincias y las legislativas de octubre de 2003 hay que excluir un ajuste de envergadura. "Si me proponen firmar un acuerdo con un superávit primario [excluyendo intereses de la deuda] del 8%, no lo haré", dijo Kirchner, exagerando la situación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.