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Schröder amenaza con suspender sus vacaciones en Italia

Indignación en Berlín por las críticas de un alto cargo italiano contra los turistas alemanes

Las desventuras italo-germánicas amenazan con convertirse en el culebrón del verano. Mientras Silvio Berlusconi cerraba ayer con el Parlamento de Estrasburgo el incidente que provocó al llamar kapo nazi al eurodiputado alemán Martin Schulz, entre Roma y Berlín se abría un nuevo frente de batalla. Gerhard Schröder amenazó con renunciar a sus vacaciones en Italia por el perfil poco amable de los alemanes de un subsecretario de la Liga Norte.

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El canciller alemán, tan aficionado a las vacaciones en Italia que en su día recibió el mote de miembro de la facción toscana, considera la posibilidad de suspender sus andanzas veraniegas en aquel país. Así lo declaró el portavoz del Gobierno, Bela Anda, ante las ofensivas declaraciones del subsecretario de Estado italiano de Turismo, Stefan Stefani, informa desde Berlín José Comas.

Puede que los lectores de La Padania, el rotativo de la Liga Norte, se divirtieran con el artículo que firmaba el pasado viernes Stefani. Bajo el título A los alemanes les conocemos bien, el subsecretario calificaba a los compatriotas de Schulz de "rubios estereotipados de orgullo hipernacionalista", gente con eterno complejo "de primeros de la clase", "soberbios", tipos que, después de ponerse ciegos de espaguetis, "invaden ruidosamente nuestras playas". Gente a la que, pese a su elevada autoestima, habría que hacerle "un test de inteligencia".

Lo que está claro es que el mismo artículo, reproducido por el vespertino berlinés Der Tagesspiegel, no gustó en Alemania y decidió al canciller, siempre atento a los humores del ciudadano de a pie, a adoptar alguna medida de efecto. El portavoz Anda consideró las "increíbles" afirmaciones de Stefani "una ofensa a todos los alemanes que van encantados a pasar sus vacaciones a Italia".

El superministro de Economía y Trabajo de Alemania, el socialdemócrata Wolfgang Clement, mostró su comprensión y respaldo a la posible decisión de Schröder de anular sus vacaciones en Italia. Según Clement, las declaraciones son un exponente de la estupidez e insensatez del encargado del turismo en el Gobierno italiano y añadió: "No sólo esas palabras, sino también semejante personaje deben desaparecer del tráfico político". Las excusas recibidas de nuevo se han acogido con alivio en Berlín, pero Anda no quiso precisar si al final el toscano Schröder se mojará este verano en las aguas del Adriático.

La llamada telefónica de Berlusconi al presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, en la que le expresó su pesar por "ciertas expresiones y ciertas comparaciones que hirieron la sensibilidad" de algunos de sus diputados, fue el falso cierre de una crisis que había rebrotado ya el lunes por la noche, y que ayer seguía abierta, por culpa esta vez de Stefani. El político liguista se negó a disculparse por sus comentarios inamistosos sobre los alemanes, aun a riesgo de causar un incidente, esta vez diplomático-turístico, con Alemania.

Los más pesimistas temen que la ausencia de Schröder, al que se esperaba dentro de nueve días en Pesaro, en la región central de Las Marcas, podría ser imitada por millones de alemanes, que constituyen el mayor contingente -un 40%- de los turistas que recibe Italia.

Horrorizados por las repercusiones de este nuevo incidente, los ministros de Exteriores y de Comercio, Franco Frattini y Antonio Marzano, respectivamente, se apresuraron a tranquilizar a sus homólogos alemanes, calificando de "gratuitas" las frases de Stefani y distanciándose de ellas. El único que no parecía arrepentido era el subsecretario, que, después de haber precisado que en su artículo no se refería "a todos los alemanes", dejó claro que no tiene por qué disculparse. "Me he limitado a reaccionar contra el vergonzoso ataque que ha sufrido mi primer ministro", dijo Stefani, refiriéndose a la famosa intervención de Berlusconi en el Europarlamento.

Il Cavaliere no se pronunció ayer sobre esta nueva polémica, que coincide en Italia con un momento de intensa actividad parlamentaria. Ayer se inició en el Senado el debate sobre el proyecto de ley de televisión, fuertemente criticado por la oposición.

Scröder, sentado en un café de la plaza de San Marcos, en Venecia.
Scröder, sentado en un café de la plaza de San Marcos, en Venecia.AP

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