Israelíes y palestinos reanudan el diálogo bajo presión de EE UU
Hamás y Yihad Islámica se oponen al alto el fuego de tres días propuesto por Sharon
Israelíes y palestinos se sentaron de nuevo anoche en la mesa de negociaciones, bajo las presiones de Estados Unidos y Egipto, para intentar aplicar el plan de pacificación de la Hoja de Ruta, que incluye el repliegue paulatino de las tropas israelíes de los territorios ocupados y la declaración de una tregua, en principio, de tres días. Pero los grupos radicales palestinos Yihad Islámica y Hamás ya han anunciado que no aceptan el alto el fuego.
El proceso se verá reforzado con la llegada del emisario de la Casa Blanca John Wolf
Las negociaciones han sido asumidas por altos responsables de los aparatos de seguridad de los dos bandos. Al frente del equipo palestino se encontraba el ministro de Seguridad, coronel Mohamed Dahlán, mientras que el israelí estaba presidido por el general Amós Gilad, responsable de la coordinación de las tropas israelíes en los territorios ocupados. Un número indeterminado de asesores, entre los que se encontraban responsables de los servicios secretos internos (Shin Beth) y un alto comisionado del Ministerio de Defensa, participaron también en las conversaciones.
Sobre la mesa se depositó una propuesta israelí que contempla, entre otras ofertas, el repliegue unilateral del Ejército de determinadas zonas palestinas, empezando por la franja de Gaza. Esta iniciativa reclama como contrapartida que las fuerzas palestinas asuman el control de las zonas a medida que éstas sean abandonadas.
Para facilitar la gobernabilidad palestina de dichos territorios, los israelíes sugieren la declaración de alto el fuego por un periodo de tres días, renovable y prolongable, durante el cual el alto mando del Ejército suspendería los "asesinatos selectivos" de los dirigentes de la Intifada si Hamás, por su parte, congela cualquier ataque contra Israel, incluido el lanzamiento de misiles artesanales Kasam.
Este plan de pacificación cuenta, en principio, con el beneplácito de la Autoridad Palestina, que tras largos titubeos ha decidido asumir la responsabilidad de controlar la seguridad en sus propios territorios una vez replegadas las fuerzas israelíes. Este principio de acuerdo fue alcanzado por la cúpula palestina en una reunión, con carácter de urgencia, celebrada el viernes por la noche en Ramala, bajo la presidencia de Yasir Arafat, y a la que asistió un buen número de ministros y asesores de seguridad.
El compromiso palestino supone un cambio importante de actitud por parte de la Autoridad Palestina, que en los últimos meses se había negado a aceptar ofertas similares efectuadas de manera reiterada por el primer ministro, Ariel Sharon.
Los palestinos habían venido asegurando que el estado de sus fuerzas de seguridad, diezmadas y desmoralizadas por los continuos ataques israelíes, no les permitía reasumir estas responsabilidades. Pero, al mismo tiempo, manifestaban una cierta desconfianza respecto a la inactividad del Ejército israelí, tal y como se había demostrado en operaciones similares efectuadas un año atrás en Belén y Ramala.
Pese a lo que podría interpretarse como un avance, las negociaciones entre israelíes y palestinos encuentran un gran obstáculo: los grupos radicales fundamentalistas Yihad Islámica y Hamás. Dirigentes de las dos formaciones han anunciado su oposición a cualquier acuerdo con los israelíes. El portavoz de Hamás, Abdealziz Rantisi, aseguraba ayer en Gaza: "La palabra alto el fuego no forma parte de nuestro vocabulario". El líder radical propugna como única alternativa la lucha armada, hasta la retirada de las tropas israelíes de los territorios palestinos. Mohamed al Hindi, máximo dirigente de Yihad Islámica en Gaza, secundó la posición de Hamás asegurando que continuarán con la violencia mientras "siga la ocupación y los presos no sean liberados", y añadió que "la propuesta de alto el fuego de Sharon es una conspiración para ganar el apoyo del mundo".
Pero el obstáculo de y Yihad Islámica no es insalvable. El primer ministro palestino, Mahmud Abbás Abu Mazen, ha desencadenado una ofensiva, apoyada por el general egipcio Omar Suleimán, destinada a arrancar un alto el fuego de los grupos radicales. En la operación juega un papel importante el ministro palestino de Cultura, Ziad Abu Amr, y el abogado especialista en derechos humanos Jader Skirath, ex responsable de la organización Law, que han conseguido el apoyo del líder de los Tanzim (milicias de Al Fatah), Marwan Barghuti, actualmente detenido por los israelíes.
Este proceso de diálogo, el más importante y serio desde que hace una semana se celebró la cumbre de Áqaba, se verá reforzado en las próximas horas con la llegada a la zona del emisario estadounidense John Wolf, quien encabeza un equipo de entre 12 y 15 funcionarios del Departamento de Estado y de la CIA, que tendrá como misión supervisar la aplicación del plan de pacificación.
La presencia de este equipo de observadores supone un primer paso hacia la internacionalización del conflicto israelo-palestino, según fuentes diplomáticas, para las que su misión podría verse reforzada, dentro de un tiempo, con la presencia de representantes de la Unión Europea, Rusia o la ONU, los otros tres integrantes del Cuarteto para Oriente Próximo.
Entre tanto, un joven palestino que lanzaba piedras contra un carro de combate israelí murió ayer al ser alcanzado por disparos de soldados israelíes en Nablús (norte de Cisjordania), según informaron fuentes médicas palestinas y testigos presenciales citados por la agencia France Presse.
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