_
_
_
_
Reportaje:

Románico virtual en el Pirineo

Una técnica fotográfica experimental permite 'devolver' las valiosas pinturas arrancadas de las iglesias medievales

"Muchas obras de arte de nuestra comarca se encuentran repartidas en museos de todo el mundo. Como es imposible que nos devuelvan los originales, hemos optado por hacer reproducciones para devolverlas a su lugar de origen". Ésta es la tesis del Plan de Dinamización Turística del Pallars Sobirà, comarca del Pirineo leridano integrada por 15 municipios y unos 6.000 habitantes que ofrece un paisaje espectacular y vive básicamente del turismo.

La estrella de este plan -que cuenta con un presupuesto de 1,8 millones de euros que sufragan a partes iguales la Generalitat de Cataluña, el Estado y el consejo comarcal- ha sido un experimento que consiste en reproducir mediante un nuevo sistema fotográfico las famosas pinturas murales del ábside de la iglesia románica de Santa Maria d'Àneu, cuyo tema es la Epifanía y la adoración de los Reyes, aunque es conocido por los impresionantes serafines con alas pobladas de ojos que se conservan en su parte inferior. El original se exhibe en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) desde que en la década de 1920 fue arrancado en la campaña de traslado de las pinturas murales pirenaicas que llevó a cabo la Junta de Museos.

El antiguo monasterio benedictino del siglo XI, muy reformado en el siglo XVI, cuando pasó de tener tres naves a una sola, sigue siendo un centro de devoción de los vecinos del valle de Àneu, pero en general el santuario no está abierto al culto y las visitas deben concertarse a través del Ecomuseo. Seguramente la demanda aumentará este año. Al ya bello interior de esta iglesia, situada en un esplenderoso prado -el mismo en el que el Doctor Music Festival celebró tres ediciones en la década pasada-, se le ha sumado ahora este falso ábside decorado con pinturas murales que, para los no especialistas, dan totalmente el pego.

Para situar esta reproducción se ha construido una estructura separada varios centímetros del ábside original, con el fin de evitar dañar el monumento, a base de hierro, madera laminada y malla metálica recubierta con un mortero de arena de pizarra. Sobre esta nueva estructura se han situado las fotografías de las pinturas mediante una nueva técnica basada en el papelgel, material realizado a partir de polímeros orgánicos e inorgánicos que se adapta a todo tipo de superficie. Primero se fotografiaron en transparencias de gran formato y al detalle las pinturas del ábside auténtico -labor realizada por los profesionales del MNAC-, después se digitalizaron las imágenes en alta resolución y se imprimieron sobre papelgel, que tiene una apariencia de plástico. Estas láminas de papel se humedecieron para que adquirieran propiedades elásticas y adhesivas que permitieron adaptarlas a las rugosidades y los volúmenes de la pared. La reproducción es casi perfecta.

El artífice de este proyecto es Julio Gómez Portela (Valladolid, 1966), un pintor afincado en Barcelona que inventó el papergel y tras patentarlo buscó maneras de promocionar y demostrar la efectividad de su producto, todavía no comercializado. Encontró el apoyo de la poderosa multinacional de impresoras HP, que tiene en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) su principal centro de investigación en impresoras de gran formato y busca nuevos medios de promocionar la reproducción de obras de arte de alta calidad, y del Consejo Comarcal del Pallars, que ha sufragado sólo los gastos de construcción del falso ábside y ha gestionado los trámites para que Julio Gómez, con la ayuda de otras dos personas, realizara directamente la intervención con el apoyo de HP. El único punto negro es que no se conoce la duración y resistencia de esta técnica, aunque, según Gómez, puede sustituirse por otra reproducción similar en cualquier momento.

Próximos proyectos

El resultado sorprende por la aparencia de verosimilitud. Se han reproducido las pinturas tal como están ahora en el MNAC, es decir, con muchos trozos que faltan, lo que, a juicio de algunos vecinos de la zona que asistieron la pasada semana a la presentación oficial de esta intervencion, "es una pena" porque "ya que se hacía podían haberlo retocado y acabar las partes que faltan". No es ésta la intención de estas intervenciones que intentan recuperar el patrimonio de la manera más fiel posible al original. De hecho, está previsto realizar otras operaciones similares con el ábside de la iglesia de Aineto, en el Pirineo de Huesca, cuyo original está en el Museo Diocesano de La Seu d'Urgell (Lleida); las pinturas murales de Surp (Lleida), repartidas en varios museos, y tres tablas del retablo de Son del Pi (Lleida).

Según la gerencia del plan de dinamización, para llevar a cabo este proyecto se ha contado con la colaboración de casi todas las instituciones, aunque algunas han sido más reticentes que otras. "Me parecen más adecuados los audiovisuales en los que está clara la diferencia con el original", indica Eduard Carbonell, director del MNAC, institución que tiene los derechos de reproducción de las pinturas murales y que, asegura, ha facilitado las casi 300 fotografías necesarias para la reproducción a precio de coste. En opinión de Carbonell y otros técnicos, las reproducciones que imitan el original pueden provocar la duda en los visitantes inexpertos y confundirlos. Con todo, considera fundamental que el museo amplíe la colaboración con las comarcas en las que se situaban originalmente las piezas que ahora atesora la institución.

Reproducción de las pinturas  del ábside de Santa Maria d'Àneu.
Reproducción de las pinturas del ábside de Santa Maria d'Àneu.MARCEL.LÍ SÁENZ

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_