Los restos pueden estar repartidos entre Sevilla y Santo Domingo
El antropólogo Miguel Botella y el experto en genética José Antonio Lorente avanzaron ayer que es imprescindible analizar los restos atribuidos a Cristóbal Colón que se encuentran enterrados en Santo Domingo (República Dominicana) para establecer una identificación completa. Botella lanzó la hipótesis de que las tumbas de España y la República Dominicana contengan los restos repartidos.
Los esqueletos de Colón, su hijo Hernando y su hermano Diego regresaron ayer a Sevilla después de cuatro días de análisis en la Faculta de Medicina de Granada, no sin que antes recibieran un homenaje popular en Santa Fe, localidad en la que Colón firmó las Capitulaciones con los Reyes Católicos. "No nos preocupa si son los restos auténticos de Colón o no. Lo que hacemos es rendir tributo al personaje", dijo el alcalde de Santa Fe, José Rodríguez Tabasco.
De Colón los científicos han analizado sólo 70 u 80 gramos de huesos, ya que el tiempo los ha dejado muy porosos, a lo que se une una mala conservación debido a los cambios de terreno y humedad. Del esqueleto de España apenas se conserva un 15%. No obstante, a Miguel Botella le han servido para establecer que se trata de un varón de 50 a 70 años y de complexión robusta. En apenas unas semanas podrá establecer cuáles fueron su hábitos alimentarios o las enfermedades que padeció.
El análisis genético tardará, sin embargo, unos cuantos meses. En él intervendrán los mejores expertos en genética e incluso científicos del FBI en Estados Unidos, explicó Lorente.Las circunstancias conducen a la hipótesis de que los restos del almirante, que fueron primero enterrados en Sevilla, luego trasladados a Valladolid y nuevamente devueltos a Sevilla, pudieron ser divididos en 1795 y repartidos entre los dos países para que el descubridor de América estuviera a las dos orillas del Atlántico.
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