El presidente saliente indulta al último guerrillero y al último golpista

A cuatro días de entregar el bastón de mando, el presidente provisional argentino, Eduardo Duhalde, ha decidido indultar a los dos protagonistas de los últimos episodios de violencia que vivió el país, en una decisión que ha levantado polémica. Enrique Gorriarán, cerebro del asalto guerrillero al cuartel de La Tablada el 23 de enero de 1989, que terminó con 39 muertos, y el coronel Mohamed Alí Seineldín, cabecilla del levantamiento de los carapintada el 3 de diciembre de 1990 que causó 13 muertos, saldrán en libertad en las próximas horas. Los dos estaban condenados a cadena perpetua. El nuevo presidente que jurará el cargo el domingo, Néstor Kirchner, expresó su desacuerdo.

"Los indultos son un corte para un tema del pasado. La etapa de enfrentamiento ya pasó en la historia, gracias a Dios", declaró Duhalde al justificar la medida de gracia. "La falta de respeto de las Fuerzas Armadas a las instituciones ha desaparecido y esos grupos que querían imponerse mediante la violencia, también. Es una etapa determinada", añadió.

No opina igual su sucesor, quien, desde su feudo en la provincia de Santa Cruz, dijo no haber sido consultado y se mostró sorprendido. Kirchner recordó que también estuvo en contra de la decisión del ex presidente Carlos Menem de indultar en 1990 a los antiguos comandantes de la dictadura y a varios dirigentes de la organización guerrillera Montoneros.

Alberto Fernández, que fue designado ayer jefe del nuevo Gabinete, dijo que la decisión de Duhalde "es difícil de digerir", ya que, en su opinión, "siempre es mejor que los argentinos sientan que el peso de la ley cae sobre el que no la cumple".

La decisión de excarcelar al último guerrillero y al último golpista ha provocado la primera discrepancia pública entre Duhalde y Kirchner, el candidato que él mismo eligió en las filas del Partido Justicialista (PJ, peronista) para enfrentar en las urnas a Menem. Finalmente, la segunda vuelta de las elecciones, prevista para el domingo pasado, no se celebró porque el ex presidente decidió retirarse.

Diversos organismos de derechos humanos y personalidades internacionales reclamaron en varias ocasiones la revisión del proceso en el que fueron condenados los asaltantes de La Tablada, por falta de garantías jurídicas. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA criticó la aplicación de la Ley de Defensa de la Democracia, que impide a los procesados apelar a una segunda instancia la sentencia dictada por el tribunal.

Gorriarán Merlo, capturado en México, adonde huyó, en un operativo conjunto de los servicios de inteligencia argentino y mexicano, fue condenado a cadena perpetua más reclusión, lo que impide, asimismo, cualquier reducción de pena. Actualmente lleva 16 días en huelga de hambre. Por su situación se han interesado los premios Nobel José Saramago, Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú y Günter Grass, así como el presidente brasileño, Luiz Inázio Lula da Silva.