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UNA NUEVA ENFERMEDAD

El alcalde de Pekín reconoce que la neumonía ha desbordado los hospitales

Las autoridades desmienten que la capital vaya a ser aislada y se esté fumigando desde el aire

El alcalde de Pekín, Wang Qishan, reconoció ayer que el continuo incremento de afectados por la neumonía desborda los hospitales. "La falta de camas en los centros designados está impidiendo hospitalizar y aislar a los enfermos de forma oportuna", dijo. Wang calificó la situación de "grave", pero desmintió el rumor de que Pekín vaya a ser aislada y que se esté fumigando con desinfectante desde aviones por la noche para contener la enfermedad. Un total de 75 personas han muerto y 1.440 han resultado infectadas en la capital, de las que ayer fueron anunciadas nueve y 101, respectivamente.

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El nuevo alcalde, que fue nombrado la semana pasada tras la destitución de su predecesor, explicó con tono grave la complicada situación de la red hospitalaria. Dibujó un panorama preocupante, pero que quiso que fuera realista, en un intento por ganar la credibilidad que el Gobierno ha perdido después de haber escondido durante meses la magnitud de la crisis. "Puedo decir con responsabilidad que todas las cifras que estamos dando son precisas", dijo.

Pekín tiene 19 hospitales designados para tratar la neumonía, pero al menos tres han sido aislados y no reciben más pacientes. Según el Gobierno municipal, sólo el 4% de los 66.000 médicos y enfermeras de la ciudad tiene formación en enfermedades respiratorias. De los 1.440 afectados de la capital, 255 son personal sanitario. Además hay otros 1.408 casos sospechosos. Sólo 90 pacientes han sido dados de alta.

La magnitud de las cifras ha incrementado la preocupación en esta urbe de 14 millones de habitantes, donde miles de ciudadanos se han recluido en casa y la gente sale lo menos posible. Algunos residentes de inmuebles cercanos a hospitales mantienen cerradas las ventanas. Los restaurantes y tiendas están prácticamente vacíos y se ve mucha menos actividad de la habitual.

Miles de inmigrantes y pequineses se han ido, huyendo de una enfermedad de la que, según afirmó el pasado lunes Alan Schnur, responsable de enfermedades transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Pekín, "el riesgo de contagiarse es muy bajo". En todo el mundo se han producido 372 muertes y 5.663 afectados, de los que se han recuperado 2.470.

Para reforzar la red hospitalaria, en apenas una semana se ha construido desde cero un centro con capacidad para 1.000 camas en las afueras de Pekín. Ayer estaba previsto que ingresaran 195 pacientes de otros hospitales.

Wang reconoció el miedo que embarga a la ciudad: "Dado que el pánico entre la gente no ha sido aliviado, queda mucho trabajo para asegurar la estabilidad social". Una muestra del modo de actuar de las autoridades se ha podido ver en televisión. La emisión de las decenas de canales que se ven en la capital fue interrumpida ayer durante la conferencia de prensa del alcalde, al menos en algunas zonas. Sólo se podía sintonizar la cadena que emitía la comparecencia. El día anterior, la CNN fue censurada algunos segundos mientras informaba sobre la epidemia. En China han fallecido 159 personas y se han contagiado 3.460, de las cuales han sido dadas de alta 1.332.

La tensión en Pekín seguirá al menos hasta la próxima semana, que, según Wang, será de "importancia crítica" para determinar si la propagación del virus está siendo contenida. Será el momento, dijo, de decidir si los colegios reanudan las clases el 8 de mayo tras dos semanas de interrupción. Pekín ha cerrado también algunas universidades y tiene casi 10.000 personas en cuarentena en edificios repartidos por la ciudad, cuya localización no se ha hecho pública.

Dos personas murieron en Taiwan. Singapur, donde falleció otra, afirmó que es demasiado pronto para asegurar que lo peor ya ha pasado, tal como dijo la OMS el pasado lunes.

Regreso a España

El Gobierno español autorizó ayer el regreso, a su cargo, de los familiares de los funcionarios españoles desplazados en China, según fuentes de la Embajada en Pekín. La medida, que incluye también al personal contratado en España y enviado a China, afecta a 25 familias (17 en Pekín y ocho entre Shanghai y Hong Kong), pero no a los propios empleados. En principio, la decisión no contempla a los contratados localmente, aunque, según algunas fuentes, se estudiará cada caso. Hay varios españoles en esta situación. En China residen 992 españoles, de ellos 450 en Hong Kong. "Muchos estudiantes se han ido ya", aseguran esas fuentes. "Varios países de la UE han tomado la misma decisión, entre ellos Holanda y Dinamarca".

Francia ha dado la posibilidad de adelantar la utilización del billete aéreo anual de que disfrutan los familiares, mientras que Italia, que concede un sueldo a los cónyuges de los diplomáticos, les ha liberado de la obligación de residir en China.

Policías militares desfilan ayer con mascarilla por la plaza de Tiananmen, en Pekín.

/ ASSOCIATED PRESS
Policías militares desfilan ayer con mascarilla por la plaza de Tiananmen, en Pekín. / ASSOCIATED PRESS

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