El nuevo plan de paz se pone en marcha
EE UU, Rusia, la UE y la ONU presentan su Hoja de Ruta para poner fin al conflicto
La comunidad internacional puso ayer en marcha un nuevo plan de paz para acabar con el conflicto entre israelíes y palestinos. El documento, en el que se detalla cada uno de los tramos del proceso de pacificación hasta su culminación con la proclamación del Estado de Palestina en el año 2005, fue entregado ayer de manera solemne y prácticamente simultánea al primer ministro Ariel Sharon, en Jerusalén, y al nuevo jefe de gobierno palestino Abu Mazen, en Ramala. Pero antes de que el plan entre en vigor, los sectores radicales de las dos partes han anunciado ya su firme oposición al documento. La Hoja de Ruta, nombre con el que se conoce este documento de ocho folios, fue entregado a Sharon por el embajador de EE UU en Israel, Daniel Kurtzer.
Por su parte, el representante de la Unión Europea, Miguel Ángel Moratinos, el de Rusia, Andrei Vdovin, el de la ONU, Terje Larsen, y el sustituto del cónsul de Estados Unidos en Jerusalén, Jeffrey Feldman, dieron el documento al primer ministro palestino Abu Mazen, en su despacho de Ramala. Este es el plan de pacificación más importante y serio lanzado por la comunidad internacional desde que hace dos años y medio se iniciara la Intifada tras el bloqueo y defunción de los Acuerdos de Oslo. Durante este tiempo se han estado redactando y lanzando otros muchos proyectos, la mayor parte de los cuales no llegaron siquiera a ponerse en práctica. Este plan, cuya puesta en vigor estaba prevista para el pasado 20 de diciembre, ha levantado muchas esperanzas, entre otras razones, por que implica de nuevo a Estados Unidos en la solución del conflicto.
Con este plan de pacificación la administración de Estados Unidos vuelve a ser árbitro en la contienda israelo-palestina, reanudando de esta manera las tareas de mediación que durante la anterior Administración desempeñó el presidente Bill Clinton. Esta vez el compromiso de George W. Bush se hace sobre un nuevo documento cuya idea partió de Jordania y de Egipto. Posteriormente fue impulsado por la Unión Europea y ultimado por Estados Unidos y los otros dos miembros del Cuarteto: Naciones Unidas y Rusia. Bush pidió ayer a israelíes y palestinos que retomen "el camino de la paz", por medio de la Hoja de Ruta. Las dos partes deberán trabajar con EE UU y con otros países asociados al proceso, pero "también directamente la una con la otra para poner fin inmediatamente a la violencia y retornar al camino de la paz", afirmó Bush en un comunicado leído por su portavoz, Ari Fleischer.
Primeras discrepancias
El documento contempla un proceso de pacificación en tres fases. La primera tiene como objetivo acabar con el terrorismo y normalizar la vida de los palestinos, al tiempo que se pone punto y final a la ampliación de los asentamientos y se inicia el repliegue de las tropas israelíes de los territorios autónomos.
La segunda fase culminaría con la proclamación de un Estado palestino, la celebración de unas elecciones generales y proseguiría con el proceso de reformas democráticas en el seno de la sociedad palestina.
La tercera y última fase propone resolver los temas mas conflictivos como son el establecimiento de fronteras definitivas, el estatuto de Jerusalén y resolver el tema de los refugiados.
Pero antes de que se empiece a aplicar la Hoja de Ruta ya han empezado las primeras discrepancias. Ayer el gobierno de Israel aseguraba que se trata de un documento abierto, sobre el que podían aún hacerse modificaciones, mientras que los palestinos aseguran que se trata de un documento cerrado, que debe empezar a aplicarse ya con toda puntualidad y rigor.
El gabinete del primer ministro Ariel Sharon recalcaba en una nota oficial que las modificaciones al documento se habían pactado entre Estados Unidos e Israel, se iniciaron hace dos semanas y proseguirán en los próximos días. Las modificaciones de Israel, 15 en total, se refieren en su mayor parte al calendario de ejecución, que consideran demasiado tajante y firme.
Para los palestinos, la actitud de Israel esconde su vieja y usual política de dilaciones, por eso desde la presidencia de Ramala se reclamaba ayer que "Israel dé el primer paso", retirando las tropas de las ciudades, de acuerdo con lo que se dice en la Hoja de Ruta y conminaba a la comunidad internacional a presionar a Sharon, o "si no, se demostrará que todo esto ha sido una farsa".
Por su parte, los sectores radicales de las dos partes, el Consejo de Colonos israelí y las organizaciones extremistas palestinas, anunciaban ya su intención de oponerse al plan. Los colonos aseguran que "el plan es peligroso para Israel" porque ofrece a los palestinos un Estado antes de haber resuelto cuestiones clave, desde Jerusalén a las fronteras. Los fundamentalistas islámicos afirman por su parte que el documento "otorga más seguridad a los israelíes" y amenaza con hacer estallar las rivalidades en el campo palestino.
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