"No hubo ningún riesgo", dice un experto

Sebastián Crespí, profesor de Microbiología de la Universidad de Baleares y experto en legionela, negó ayer que la rotura de una botella de agua supuestamente contaminada con legionela entrañe riesgo de contagio. "Aunque el envase tenga la bacteria, no hay ningún riesgo para el transportista ni para nadie que haya estado en contacto, porque la legionela se contagia por inhalación de aerosoles en la atmósfera. No por contacto directo, ni al beberla ni a través de la comida", aseguró.

Crespí subrayó que la legionela se halla de forma natural en cualquier embalse de agua dulce: "Incluso, en pequeña cantidad, puede aparecer en agua del grifo". Y añadió: "Si era [la enviada a Chronoexprés] una muestra de agua, es lo mismo que el bote que uno puede llenar de una balsa para mandarlo a analizar. Pero, aunque hubiera sido un cultivo, el riesgo es mínimo". El problema de la legionela "surge cuando el agua infectada llega a las torres de aire acondicionado, donde la bacteria puede proliferar, por la elevada temperatura, y salir a la atmósfera en forma de aerosoles, pequeñas partículas que se inhalan".

"Es normal ponerse nervioso si una botella con agua presuntamente contaminada se rompe, pero no hay motivo de alarma: basta desinfectar con lejía", concluyó el profesor.