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Chávez y Uribe tratan de rebajar el enfrentamiento entre Venezuela y Colombia e impulsar su comercio

Los graves problemas de seguridad fronteriza y un decaído intercambio comercial fueron los temas fundamentales de la reunión que sostuvieron ayer los presidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez.

La reunión, celebrada en Puerto Ordaz (Venezuela), se produce tras un intenso debate entre altos funcionarios de los dos países. Portavoces colombianos han acusado al Gobierno venezolano de proteger a la guerrilla mientras los venezolanos han criticado a la Administración de Uribe por favorecer a los paramilitares que actúan en la frontera.

La víspera del encuentro, este enfrentamiento público alcanzó su clímax cuando el diputado oficialista venezolano Tarek William Saab, de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional, dijo que sectores armamentistas colombianos estarían confabulándose con otros de EE UU para utilizar el Plan Colombia como mecanismo para propiciar una guerra entre los dos países.

Los presidentes intentarán retomar el compromiso de tratar estos desacuerdos mediante los canales diplomáticos para evitar que perturben la relación bilateral de dos países que comparten más de 2.000 kilómetros de frontera y tienen además pendientes una controversia limítrofe.

Sectores empresariales de ambos lados han insistido en la necesidad de despejar el camino del comercio bilateral que se ha visto afectado durante el último año, por la crisis política venezolana. La huelga de dos meses que se produjo en Venezuela en diciembre y enero y el control de cambio impuesto desde enero en este país han hecho caer en picado los intercambios y generado una deuda de 300 millones de dólares de Venezuela con Colombia. Chávez, según trascendió en el encuentro de Puerto Ordaz, garantizó el pago de estas deudas en breve plazo.

El presidente venezolano ha acusado a grandes empresarios colombianos de haber estado en sintonía con los sectores que le derrocaron brevemente en abril de 2002. Tampoco ha ocultado su resentimiento por el asilo político que Bogotá concedió al presidente de facto Pedro Carmona, luego de que éste huyera de su casa, donde estaba arrestado y se refugiara en la embajada colombiana en Caracas.

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Sin embargo, Chávez también ha agradecido a Colombia la colaboración prestada durante la huelga, cuando gran cantidad de productos de primera necesidad fueron importados a través de los puertos colombianos.

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