Watson critica las presiones religiosas en el 50º aniversario de la doble hélice
La celebración en Europa de la publicación, hace 50 años, de la estructura en doble hélice del ADN ha contado en Lyón con uno de los protagonistas de aquel descubrimiento histórico. El estadounidense James Watson fue arropado por otros ocho premios Nobel en el marco del foro Biovisión y demostró que con los años ha ganado modestia pero no ha perdido combatividad. Sus mayores críticas fueron para los grupos de presión religiosos y lo que considera falta de valentía para implantar los avances científicos, que se traduce en la aplicación del principio de precaución.
Las actuales malas relaciones internacionales debidas a la crisis de Irak no influyeron en la jornada dedicada a este hito científico, que tuvo un gran apoyo político, con la presencia de los ministros francés y británico de ciencia, y demostró que la ciencia tiene un lenguaje universal.
"Era tan simple, tan bonita" comentó ayer Watson. Se refería a la molécula del ADN, cuya estructura descifró en 1953 junto con Francis Crick, británico de origen, que ahora trabaja en California y no ha viajado a Europa en esta ocasión. Watson insistió en que alguien habría llegado a la misma conclusión que ellos ese mismo año porque era el momento adecuado: "Wilkins o Franklin la hubieran encontrado". Sin embargo, casi inmediatamente aseguró que Rosalind Franklin, la científica que falleció antes de que Crick, Watson y Wilkins obtuvieran en 1962 el premio Nobel de Medicina, lo tenía difícil porque era "muy cabezota". "Ganamos la carrera porque aunque nos caímos una vez, nos levantamos, y los demás tropezaron más", dijo también el mítico biólogo, quien afirmó que de joven quería comprender la vida a través de las moléculas, ya que su padre le había inculcado el agnosticismo: "Si no había Dios había química".
Su habitual tendencia a la provocación se manifestó ayer nuevamente en la crítica a los que no aceptaron hasta varios años después el modelo en doble hélice que propusieron Crick y Watson en su conocido artículo en la revista Nature publicado el 25 de abril de 1953.
Ahora espera que alguien, probablemente un químico, consiga describir la organización interna de la célula y prefiere no pensar en el origen de la vida, para no chocar nuevamente con los grupos de presión religiosos que "dicen que no podemos investigar con el embrión de pocas células porque es sagrado" y que no se pueden hacer seres humanos mejorados por si acaso. "Cada vez que oigo hablar del principio de precaución me sube la tensión. Los que lo preconizan tienen miedo de hacer algo bueno por si sucede algo malo no definido. Lo importante es lograr un mayor bienestar para las personas, las familias".
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