"A la democracia le cuesta aceptar la pluralidad moral"
En estos días, el escritor y poeta Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) se está haciendo varias veces la geografía española de punta a punta con la promoción de su última novela, La nave de los muchachos griegos (Alfaguara), un recorrido por 20 siglos. La obra parte de la imaginada vida de Petronio, a la que Villena ha sumado capítulos situados en la vida contemporánea y donde explora los comportamientos hedonistas en figuras como Andre Gide, Oscar Wilde y William Burroughs, entre otros.
Probablemente sería justo inventarse para Luis Antonio de Villena, autor de más de cuarenta títulos entre poesía, prosa y ensayo, el término de neodandismo. Sobre esa perspectiva, el autor madrileño ha estructurado un paisaje propio y refinado, sustentado por la colunma vertebral de su poesía.
El autor madrileño acaba de publicar la novela 'La nave de los muchachos griegos'
Pregunta. La poesía está presente en su prosa.
Respuesta. Sí, quiero que sea así. Se trata de encontrar un pensamiento poético a través de las imágenes, no se trata de ideas a secas, sino de un pensamiento elaborado a través de la poesía.
P. ¿Hay alguna relación entre su novela y La muerte de Virgilio, de Hermann Broch?
R. En cierto sentido sí hay un parentesco. La novela de Hermann Broch es una de las cimas y uno de los grandes prototipos de la novela centroeuropea, como lo es también El hombre sin atributos, de Musil, pero yo no voy por ahí.
P. Pero en las dos novelas hay esa imagen central del barco como imagen de una cultura determinada, y detrás el tema de la confrontación entre el poder y la literatura.
R. El parentesco existe, naturalmente, pero más por ingredientes sueltos que por el concepto de la novela. Mi concepto va con el deseo de romper con ese estilo de novelas que se hacen tanto ahora, que son puramente narrativas, planas, de narración lineal. A veces viene bien romper la linealidad. Por otra parte, tengo mucho respeto por la novela histórica, pero por su éxito actual asistimos a un cierto abuso que roza el tópico. Yo quería hacer otro modo de novela histórica, y así los insertos a la vida de Petronio, que ocupan casi la mitad de la novela, abarcan todas las épocas, y así también cuando lees hablar a Petronio, éste se expresa casi como el mafioso colombiano que quiere poner un burdel de muchachos en Barcelona.
P. Esta novela nace entonces a contracorriente, en un contraste agudo al mundo salvaje de hoy.
R. Sí, en contraste, totalmente en contraste. Hoy, por desgracia, vivimos un mundo dedicado a la producción y al consumo, y por tanto esto es el capitalismo salvaje, que yo creo que va a llegar a su fin por sí mismo. Va a ser fagocitado por sus propias creaciones. Es un camino sin salida. Hemos estado metidos, además, en una moral judeocristiana, en España con mucha fuerza, en todo el mundo occidental, con una visión del mundo como un lugar de paso, como de tránsito. Como el verdadero mundo es el del más allá, qué importa hacer daño al planeta Tierra. Muy en el fondo, quizás muchos daños ecológicos vienen de esto.
P. ¿Es buscar otro mundo en éste?
R. Vivimos en un mundo completamente opuesto al que yo planteo en La nave de los muchachos griegos. Mi novela es políticamente incorrecta no solamente por el tema de la homosexualidad, sino por la visión del mundo que ofrece de una moral plural, de tipo pagano. Ésa es una asignatura pendiente de la democracia actual, a la que le cuesta mucho trabajo aceptar una moral plural. Volvamos a aquello que estuvo tan de moda en los tiempos de la contracultura: "realizarse a sí mismo".
P. También toca la eutanasia.
R. A la pluralidad política de nuestras democracias les cuesta mucho trabajo aceptar la pluralidad moral, que es la opción de ser libre sin hacer daño a nadie, pero ser realmente libre en tus decisiones morales. Y aquí viene lo de la eutanasia. Si uno dispone de su propia vida, podría también disponer de su propia muerte. Hay en el libro muchas escenas sexuales, pero también están estas tesis. Es, en muchos sentidos, una novela de tesis.
P. ¿Escribe para un público determinado?
R. Nunca lo he hecho, tal como no creo que exista una literatura gay. Hay una temática gay, eso sí, pero no una literatura gay. Nunca he escrito limitándome a un público, quiero llegar a más gente.
Babelia
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