Una joven muere en un hospital tras esperar 20 horas una radiografía urgente
El centro donde ingresó tenía al radiólogo librando y otra clínica no dio urgencia al caso
El Servicio Canario de Salud ha abierto una investigación a dos hospitales públicos tinerfeños por la muerte de Yaiza Cabeza García, de 24 años, debido a una rotura aórtica abdominal. La mujer ingresó a las 16.00 del domingo 9 de marzo en el hospital público La Candelaria. En dicho centro médico no se le hizo el mismo domingo la radiografía arterial que los propios médicos de cirugía vascular exigieron con urgencia, debido a que el radiólogo no trabajaba ese día festivo. Tampoco se la practicó el Hospital Universitario de Canarias, que pese a disponer de la capacidad técnica y los recursos humanos no consideró urgente el caso cuando le fue comunicado por los médicos de La Candelaria. Al día siguiente y tras 20 horas de espera, a la joven se le practicó la arteriografía. Apenas una hora después moría.
La muerte de Yaiza Cabeza, auxiliar de jardín infantil, se produjo el lunes 10 en el hospital La Candelaria. Su familia ha presentado una denuncia ante los juzgados por entender que hubo descoordinación y negligencia. La madre, Julia María García, entiende que haber realizado la arteriografía antes o después "a lo mejor no le hubiera salvado la vida", pero ha denunciado el caso porque los médicos tuvieron a su hija casi 24 horas en un pasillo de urgencias, y "para que no le pase lo mismo a nadie nunca más".
En diciembre, la joven acusó un fuerte dolor en la pierna, del que se la trató también en La Candelaria. El cirujano de zona definió sus síntomas como "el síndrome de la pedrada", por similitud con la sensación de dolor que uno sufre cuando recibe un impacto de ese tipo. "Le recetó unas inyecciones, le vendó la pierna y se curó", dice la madre.
El pasado día 3 volvió a tener los mismos síntomas, aunque aguantó el dolor, cada día más intenso, hasta el sábado. "Le comenté el caso a mi médico de cabecera y se extrañó de que le pasara eso a una edad tan joven", recuerda su madre. "Le dio cita para el martes 11". Moriría 24 horas antes. El domingo amaneció con dolores más fuertes. "Mami, se me revienta la pierna", que tenía hinchada y muy dura. Fue en ese momento cuando decidieron llevarla al hospital.
En el pasillo
Yaiza, de constitución delgada, ojos castaños, morena con mechas rubias, ingresó llorando a las 16 horas del domingo 9 en urgencias de La Candelaria con un fuerte dolor en la pierna izquierda "como si le estuvieran dando cuchilladas". "El pasillo estaba lleno de camillas por todas partes, había treinta o cuarenta personas más, aquello era tercermundista", recuerda la madre.
El informe de la sección de angiología y cirugía vascular de este centro indica que la joven ingresó con un cuadro de dolor y tumefacción de la extremidad inferior izquierda de una semana de evolución, al tiempo que solicita una arteriografía urgente de este miembro y, si es posible, de la fuga vascular existente en esa extremidad.
"Cada semana hacemos con gran éxito intervenciones de aneurisma de aorta", matizó el gerente de La Candelaria, Enrique Palacio. Pero este centro no dispone de servicio de radiología vascular los domingos. Para atender estos casos, se recurre a las unidades de guardia del otro hospital público tinerfeño, el Hospital Universitario de Canarias (HUC). "La dirección médica de La Candelaria habló con el jefe de día del HUC para que los dos médicos en cirugía vascular de guardia valoraran el caso y se trasladara a la paciente al HUC para efectuarle una arteriografía de forma urgente", relató Palacio.
En su opinión, la joven no se trasladó "porque el médico del HUC no compartió el diagnóstico urgente que le dábamos nosotros y consideró que la prueba se podía demorar hasta el día siguiente sin peligro para la paciente".
"Yo escuché los gritos de la doctora que nos atendía cuando hablaba por teléfono con el otro hospital", asegura la madre, que no pudo concretar el contenido de esa conversación. "Lo único que sé es que se negaron a atenderla", añade. Por eso, acompañada de su marido Óscar Cabeza fue al Hospital Universitario de Canarias para conocer las razones del rechazo en la voz del jefe de día del centro. Tras la conversación, en la que el facultativo insistía en considerar que su caso podía esperar a la mañana siguiente, presentaron, siempre según su versión, una reclamación en el hospital, una denuncia en la Policía de La Laguna por denegación de auxilio y regresaron a La Candelaria.
Palacio indicó que Yaiza pasó la noche en un estado "hemodinámicamente estable" hasta que, a la mañana siguiente, el propio hospital hizo la arteriografía. A las once de la noche "la pasaron a otro cuarto con más enfermos", de donde volvió a salir al rato al pasillo. "No habría otro habitáculo donde atenderla en ese momento", justificó el gerente de La Candelaria. Allí pasaron la noche madre e hija.
El médico de guardia que llegó por la mañana le explicó en qué consistiría la arteriografía y, si fuera necesario, la operación. "Me hizo un dibujo de un tubo y me dijo que era como poner un tapón a cada lado" e incluso le anunció que, dependiendo del estado de los músculos y si había perdido la movilidad, no descartarían la amputación de la pierna. "Pero nadie nos advirtió nunca de un peligro de muerte, a pesar de que el médico nos contestaba que siempre existe un riesgo cuando se entra en quirófano".
La madre recuerda: "Cuando nos sentamos frente a los médicos pensamos que nos iban a advertir de que le habían cortado la pierna, pero me dijo que había muerto, que no habían podido salvarla". La familia quiso donar los órganos, pero los médicos le comentaron que "tenía el hígado destrozado, los riñones deteriorados y las arterias se deshacían"
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